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21 de diciembre, 2009

Cuando menos los paisanos que entraron el lunes a México por Nuevo Laredo y Reynosa, no se podrán quejar: tuvieron una bienvenida de película, con balas, persecuciones, sangre y escenas de pánico. Pero además, el espectáculo fue en vivo, verídico, cierto, no simulacro ni ficción, con algunas desafortunadas bajas y el consiguiente velo de misterio sobre los dos episodios sufridos en esas ciudades fronterizas. El primer intercambio de fuego entre fuerzas federales y fuerzas del mal ocurrió la madrugada del lunes en Nuevo Laredo, en el bulevar Colosio, con el saldo preliminar de un joven fallecido y dos heridos. Los soldados impidieron como siempre el acceso de autoridades civiles, incluso de protección civil y de la Cruz Roja y mantuvieron cerrado el importante acceso periférico del puente internacional a la carretera nacional. Familias de migrantes tuvieron patatús pues la lluvia de balas pudo alcanzarlos. En Reynosa, la refriega inició a alrededor del medio día en la vecina ciudad de Río Bravo y se extendió a lo largo de la carretera que une a las dos ciudades, con un reguero de vehículos particulares, de carga, autobuses, traylers y hasta tractores, tirados a manera de barricadas. Frente al aeropuerto internacional de Reynosa y al parque industrial se concentró el fragor de la batalla. Los negocios aledaños cerraron sus puertas incluida la sucursal Banorte que se negó a admitir más clientes. Patrullas militares pasaron como relámpago por el lugar y no se les volvió a ver. El bloqueo de la estratégica carretera duró varias horas; kilómetros de vehículos se acumularon en ambas direcciones pero nadie se atrevía a protestar haciendo sonar el claxon, para no llamar la atención. Era impresionante el vacío de autoridad. Ninguna patrulla de la Policía Federal Preventiva división caminos se asomó para que los oficiales restablecieran la circulación. Poco a poco, tímidamente, los conductores empezaron a buscar atajos, regresar por donde vinieron o a estacionarse a un lado hasta convencerse de que había pasado el peligro. Los rostros de la gente reflejaban impaciencia, impotencia, coraje, pero también resignación, miedo, zozobra. La oleada de paisanos no se detiene por la otra oleada, de violencia, ellos vienen con otros temores sobre cómo hacer rendir la paca de billetes verdes que traen escondida antes de llegar a casa, pues los atracos en su contra están imparables. En nuestro trayecto matutino del lunes, de Ciudad Victoria a Reynosa, no vimos en la carretera a ninguna patrulla federal en actitud vigilante. Las que vimos, cuando menos seis, tenían detenidos a vehículos de paisanos con oficiales revisando papeles y con aires de perdona-vidas. Que nos perdone el Secretario de Turismo Rodolfo Elizondo Torres, pero tampoco hay presencia de sus patrullas de auxilio turístico en esa ruta, tal vez porque la austeridad les restringe el uso de gasolina. Por cierto, el alcalde de Reynosa Oscar Luebbert Gutiérrez inauguró ayer una Unidad de Análisis e Inteligencia, UDAI, desde la cual se operan ocho video-cámaras instaladas en el centro de la ciudad, para grabar acciones anti-sociales cometidas por delincuentes. Tres criminólogos capacitados y certificados por la Secretaría de Seguridad Pública están a cargo del manejo de las video-cámaras, tipo PTZ con movimiento, dotadas con un dispositivo de alarma que llega a la central pidiendo apoyo, cuando detecta un ilícito. El Secretario municipal de seguridad pública Carlos Leal López mostró a Luebbert y a sus acompañantes la moderna tecnología que hace funcionar a la UDAI. A propósito de esa hermosa ciudad, el dirigente cetemista Reynaldo Garza Elizondo aclaró que no ha renunciado a participar en el juego de la asignación de la candidatura del PRI a presidente municipal. Se declaró orgulloso de haber pertenecido al poder legislativo al explicar que prefiere darle la oportunidad a otro miembro de la familia cetemista, antes que volver a ocupar él una curul. Lo que Reynaldo quiso decir es que no aceptará nada menos que la alcaldía, pero podría conformarse si le dan una diputación a un sindicalista. Sobre el tema de la selección de candidatos, el ex priísta Mauricio Cerda Galán opina que la convención de delegados que hará Ricardo Gamundi Rosas en los 14 municipios más importantes de Tamaulipas, es un viejo esquema que sofoca y aplasta a la democracia. Agrega que la convención de delegados es un circo que deja muchos muertos y heridos, resentimientos y agravios pues inhibe la participación de militantes que han hecho carrera durante toda su vida en espera de una oportunidad y luego les dan un portazo en las narices por favorecer a un advenedizo, un recién llegado, un recomendado. En cambio, dice Mauricio, una consulta a la base, una elección directa, tiene el mágico efecto de revitalizar al partido, se dinamiza la militancia y se fortalece la real democracia. Está convencido de que la consulta a la base es una manera de desahogar las presiones acumuladas, de darle cauce a las inquietudes ciudadanas, de premiar lealtades y militancia, de repartir candidaturas democráticamente, no por dedazo. No tiene duda empero, de que aún con este atropello a las formas el PRI va a ganar en Tamaulipas, no el “carro completo” porque sus propios agraviados se encargarán de desbielarlo a medio camino, pero sí se alzará con los más importantes triunfos electorales. ¿Por qué está convencido Mauricio del éxito político del PRI en 2010?, él mismo lo explica: es muy lamentable, terrible, pero no existe en Tamaulipas una oposición que lo obligue (al PRI) a ser mejor. No entra en detalles pero se refiere al PAN y al PRD que desde hace mucho tiempo están postrados por sus pugnas internas, sin presencia en el ánimo ciudadano, sin ímpetuo de lucha a no ser entre ellos mismos. Para cerrar la conversación con el columnista, Cerda Galán reprocha que Gamundi Rosas sea altanero, amenazante, intimidador contra los que buscan una candidatura pues si el PRI no va a competir contra nadie, ¿para qué la rudeza innecesaria?. A menos que el liderazgo que presumen sea de papel, de mentiritas, y tengan necesidad de imponer por la fuerza la unidad, la disciplina, el respeto. Así lo dijo. Rematamos la colaboración con el apunte de que mañana cumplen años, juntos pero no revueltos, (cada quien por su lado), dos monstruos del periodismo: el maestro Rubén Narváez Martínez y Víctor Contreras Piña, El Coyote, para más señas. Correo electrónico: albertoguerra65@hotmail.com
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