Se avecinan cambios

Raúl HERNANDEZ

20 de septiembre, 2009

En este pueblo, donde los rumores son cosa de todos los días, se desato el fin de semana la especie de que pronto habrá cambios en la dirigencia del PRI. Es un rumor más, de esos que se lanzan todos los días, pero lo más sorprendente es que se mencione como el nuevo dirigente sería el regidor Feliciano Guerra. Este señor no tiene militancia activa en el PRI, llegó al cabildo recomendado por el senador Manlio Fabio Beltrones, a solicitud del padre de Feliciano. Que saque provecho de esa amistad no tiene nada de sorprendente en el sistema político mexicano, pero de eso a que por obra de esa amistad, que además no la tiene él, pudiese ser impuesto en el PRI, hay mucha diferencia. Para empezar Feliciano no conoce al PRI, ni a los sectores, ni a la estructura territorial. No conoce a sus dirigentes, ni la forma en la que operan y actúan. Como si todo esto fuese poco, no es afecto al trabajo y estar al frente del PRI significa mucho trabajo mental y físico, pues las jornadas diarias suelen ser de todo el día, eso en tiempos normales. En tiempos de campaña, las horas del día no son suficientes para cumplir con las tareas asignadas. Flaco favor le hace el regidor Feliciano a Manlio Fabio Beltrones al utilizar su nombre para atribuirse un poder que no tiene. Meses atrás vendió la idea de que era tanta su influencia con Manlio Fabio que podía sacarle primero la dirigencia municipal de la CNOP y después la candidatura a la diputación federal. El tiempo demostró que no tenía ese poder. En vez de perder el tiempo en fantasías haría mejor en intentar actuar con dignidad en estos 15 meses que le quedan como regidor. El haber llegado a la regidoría sin méritos partidistas y sin ninguna otra clase de merecimientos académicos o laborales, lo obligaban a hacer un papel ya no digamos trascendente, sino al menos digno. En otro tema, en el PAN se habla de la posibilidad de que próximamente este en Nuevo Laredo su líder nacional, César Nava. No hay fecha probable, todavía, pero la posibilidad flota en el aire. En cambio, en el PRD se analiza la posibilidad de traer al diputado federal Porfirio Muñoz Ledo, quien llegó a la Cámara Baja a través del PT, pero con el cual hay mucha identificación, pues no en balde en el pasado llegó a ser dirigente nacional del partido. Muñoz Ledo sacó meses atrás el libro la “Ruptura que viene” y la idea es que hable del mismo o de algún otro tema. Muñoz Ledo es un hombre al que persigue la polémica, pero es muy inteligente y con un colmillo largo y retorcido en materia política. Recientemente planteó la posibilidad de pedir la renuncia del Presidente Calderón y cuando le dijeron que no podría ganar una votación de esas en la Cámara de Diputados, respondió que “yo no voy a ganar votaciones en la Cámara, voy a debatir”. Dijo, además, que la Cámara debe ser un foro para el debate de ideas. Por otra parte, este día estará en Nuevo Laredo el Gobernador Eugenio Hernández Flores para encabezar un evento de entrega de escrituras. En esta visita se dejarán ver todos los políticos que quieren ser y los que pueden ser. Los destapes van a tardar varios meses más, pero a la clase política ya le urgen señales que les permitan darse una idea de hacía donde se inclinan las preferencias. Mientras se llega ese momento, los políticos tienen que cuidar que no les de un golpe de calor que los desinfle antes de iniciar el proceso de selección interna.