Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de agosto, 2025
No debe extrañar lo sucedido este miércoles en la cámara de senadores. Digamos que solo es un extra u agregado de la gran función que ofrece la política mexica vestida del color que fuere. En esta ocasión correspondió al PRIAN y a su “digno” representante Alejandro Moreno Cárdenas encabezar la cartelera del escándalo. Así lo deseó y así lo consiguió. Todos fuimos testigos de que la agresión a Gerardo Fernández Noroña fue premeditada y con dedicatoria especial para “el respetable público”, como decían los viejos anunciadores de las peleas de box.
“Aliito” está en un callejón cuya única salida es hacia la cárcel debido a la carga de presuntos ilícitos cometidos durante el tiempo que “dirigió” Campeche (2015-19). En este sentido coincidencia fue la reiteración de la gobernadora actual Layda Sansores respecto de que la fiscalía anticorrupción de aquella entidad tiene en su poder “infinidad de pruebas”, para que la ley lo obligue a pagar sus culpas.
No debe extrañar digo, puesto que la mayoría de quienes obtienen una representación popular por el medio que sea, no llegan con la convicción de servir, sino de servirse y a canasta llena, sin importar la forma, puesto que la condición principal es la falta de escrúpulos para lograr riqueza pronta y expedita. Y ni modo que sea invento.
Al margen de consideraciones mínimas, ni como esperar que los políticos sean congruentes con los principios de honorabilidad necesarísimos para el desempeño de su tarea. Penoso es que los congresos se conviertan en apéndices de inconfesables intereses que nada tienen que ver con el bienestar de la población. Cierto es que en los sexenios de la transformación han acontecido episodios que dignifican la justicia social, aunque en ocasiones como disciplina partidista de quienes se escudan en un escaño para disfrazar su verdadera vocación. No pueden quedar mal con el sistema, así sea utilizando buena dosis de hipocresía.
El asunto es que hubo violento agarrón entre legisladores y la paisanada feliz porque lo disfrutó a todo color, a nivel nacional y en tiempo real para los y las que suelen sintonizar el canal del congreso. Después, como sabemos, vinieron explicaciones, justificaciones, amenazas y la posibilidad de que los contendientes se vuelvan a encontrar “a la salida de clases”, como en los tiempos de la primaria.
Usted dirá que tanto “Alito” como Fernández Noroña son provocadores por naturaleza y de ellos no podía esperarse menos. Tiene razón, aunque el estilo es diferente. El primero agrede físicamente y luego averigua, el segundo es mordaz, sarcástico y con su amplia cobertura verbal da en el blanco perfecto. Ni uno ni otro se pueden llamar víctimas puesto que ambos son sembradores de tormentas. El priista es “porro” y pandillero doctorado; el morenista surgió de la vecindad brava del centro de la CDMX con suprema ansiedad por salir de la hodencia encontrando en la política el mejor conducto para olvidar el triste pasado de carencias y discriminación. Y al parecer lo ha logrado ya que pudo comprar una residencia de 12 millones y finos vehículos de millón y medio de pesos. Los dos son “triunfadores” utilizando la misma vía.
Lo mero importante es saber hasta dónde esta clase de espectáculos perjudica a la 4T. El columnista opina que en nada porque no pasan de alimentar el amarillismo de “analistas” y medios de comunicación que tendrán tema para algunos días que no serán muchos porque a la raza poco importa si finalmente Noroña y “Alito” se parten la madre, como solemnemente se lo prometieron.
SUCEDE QUE
En turno la secretaría de Salud estatal, la ex titular Gloria de Jesús Molina Gamboa y otros ex funcionarios. Por lo pronto andan bailando unos 340 millones de pesos que no tuvieron aplicación correcta, según Francisco Noriega Orozco, el auditor superior. Como en el caso del ex secretario de Educación Mario Gómez Monroy, esperamos sentados a que las denuncias prosperen, si es que prosperan, si no, psssss no.
Y hasta la próxima.