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Paty Chío y el Rey de la Bolita estafan a Mante

José Ángel Solorio

25 de febrero, 2025

Ciudad Mante, Tamaulipas es digno de una novela de amor, intriga, deslealtades y suspenso infernal. Paty Chío es la alcaldesa que hoy juega un papel protagónico del vigente melodrama mantense. Es una mujer, un tanto desvinculada de los grupos económicos y políticos de la región, lo que le acarreó su más evidente debilidad: sus escasos recursos financieros para apuntalar una campaña electoral.

 Avezada como lo es, no se le cerró el mundo.

 Oteó el horizonte.

 Ni priistas ni panistas confiaban en ella; pues había perdido las dos campañas anteriores, por la presidencia municipal. Era, decían, un cartucho quemado.

 No le apostaban ni un céntimo a su futuro.

 Ahí es donde dio comienzo la historia para alimentar el realismo mágico de la zona cañera. Ya el Truco Verástegui había escrito la suya, con el PAN y sus candidatos.

 De los cálidos vapores de río Mante apareció un personaje.

 Era como un fantasma.

 Por años el sujeto, había hecho fortuna con el juego –estafa más bien– de la bolita.

 Los lugareños, embelesados por el merolico apostaban para perder en ese ingrato señuelo de pillos ambulantes. Miles de pesos –cuentan que millones– fueron expoliados a centenares de campesinos que ingenuamente confiaban en salir de pobres con un golpe de suerte.

 No hay pobre sin esperanza; de eso se aprovechó el vivales.

 Tanto éxito tuvo con su pequeña mesa, su mantel, su bolita y sus tres fichas que por años operó con sus cómplices y paleros por todos los rumbos de la localidad.

 El prestidigitador callejero, se llama Rigoberto Rodríguez.

 Es donde lo real se torna mágico: ahora el viejo tahúr, es el tesorero municipal de la presidenta Paty Chío.

 Sí: lleva los dineros del pueblo –al que por décadas atracó con el mítico juego de la bolita– y asegura que como es de la IV T, no va a robar, no va a mentir y no va a traicionar.

 Eso no acaba ahí.

 Es el poder detrás del trono de Chío.

 Él es el que decide los destinos de ciudad Mante.

 ¿Cuánto le debe la alcaldesa Paty a Rigoberto, para darle el manejo del presupuesto municipal?

 ¿Le creemos a este pueblerino pillo, que la escrupulosidad será la norma del manejo del dinero de los mantenses?

 ¿Perdió la cordura Chío al darle cabida en su Ayuntamiento a este sujeto verdaderamente impresentable?

 Los hechos están bien, para un material de Televisa; lo que no es correcto, es que la presidenta Paty, degrade Mante a un miserable rancho de las regiones más deprimidas de Tamaulipas.

 Ni el PRI ni el PAN, nos entregaron resultados tales.

 El rey de la bolita ensanchó su negocio: va por el erario municipal.

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