Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
16 de julio, 2009
La pena de muerte a secuestradores, bandera que enarboló en la pasada contienda electoral el Partido Verde Ecologista, por cierto, único partido ecologista en el mundo que apoya esa medida, no fue suficiente para convencer a la sociedad. Sus candidatos y sus modelos comerciales, se cansaron de repetir que matar a los secuestradores era la solución a esa problemática tan profunda como dramática que vive el México de nuestros días. No recibieron el apoyo. Y ello contrasta con los resultados de encuestas recientes que se han efectuado y cuyo resultado muestran que una gran parte de los mexicanos, está a favor de que se aplique ese castigo a los criminales que se dedican a esa horrorosa actividad. Según resultados de la Encuesta Nacional de la empresa Parametría y el Colegio de México, efectuada en 2008, los delitos para los que la población cree que la pena de muerte debe ser aplicada, son los secuestros, 60 por ciento, homicidios, 64 por ciento y violaciones, 68 por ciento. Esto demuestra que es bastante alto el porcentaje de mexicanos ve con buenos ojos un cambio en la legislación y que se considere ese castigo. Pero esto no es tan sencillo. Se trata de un tema tan delicado, que su sola mención publica, causa escozor en diversos ámbitos. El sistema judicial mexicano, y la sociedad mexicana en si misma, no está aun preparada para enfrentar siquiera un debate abierto sobre ese tema. La postura del Partido Verde, olió mas a una estrategia electoral, que a una propuesta seria. Y ahí están los resultados que no mienten. El año pasado en el estado de Coahuila se llevó a cabo una suerte de experimento, y se puso sobre la mesa de discusiones en el Congreso local el tema de la pena de muerte. El folklórico gobernador coahuilense, Humberto Moreira envió a la legislatura de su estado, una reforma de ley para aplicar la pena de muerte a los secuestrados que asesinen a sus victimas. Dentro del archivo de las frases políticas más insólitas en México, se recuerda lo dicho por Moreira: “la discusión en Coahuila, no es la pena de muerte en si, la discusión es como los vamos a matar, si los vamos a fusilar, los vamos a degollar, los vamos a ahorcar o algo Light, como puede ser la inyección letal…” La iniciativa en Coahuila fue aprobada por los diputados priistas afines al gobernador. Pero hasta ahí llegó. De ahí no pasó. La pena de muerte no será tema prioritario de la próxima legislatura. A lo más que se podría llegar es a una opinión personal de algún diputado, que dirá seguramente que el asunto no está en la agenda. Y si se le insistiera más, dirá que por la experiencia en otros países, esa penalidad no ha funcionado, y que los índices delictivos no han disminuido. Especialistas legales tienen la mejor de los comentarios en torno a este tema: Dicen que la mejor forma de que un sistema jurídico, en este caso el mexicano, pueda enjuiciar a los secuestradores, es capturarlos y luego enjuiciarlos. Pero como en México hay una enorme corrupción, no se respetan las leyes, ni existe una conducta ética por parte de las autoridades encargadas de la procuración de justicia, entonces, lo primero que ay que hacer, es combatir la corrupción de las autoridades.