2 de diciembre, 2014
Los votos del PRD han caído estrepitosamente en los últimos procesos electorales, aquí en Nuevo Laredo, tanto en elecciones federales como en las locales.
En el 2003, llegó a obtener 15 mil 913; en el 2004, 25 mil 235; en el 2006, 21, 079; en el 2007, 13 mil 259.
Con los 25 mil votos del 2004, el PRD pudo tener cuatro regidores en el cabildo, desplazando al PAN; tres años después los 13 mil 259 votos obtenidos le permitieron tener tres regidores.
En el 2009 la votación del PRD cayó a 6 mil 408; en el 2010, bajo a 3 mil 917; en el 2012, se recuperó en 13 mil 610; y en el 2013, volvió a caer a 1,360, su peor votación en la última década.
Con los 3 mil 917 votos del 2010, logró, de panzazo, tener un regidor en el cabildo; y en el 2013, con los 1,360, se quedó sin nada.
El PRD llegó al proceso electoral del 2013, con el antecedente de que un año antes, Andrés Manuel López Obrador renunció a su militancia y se fue a organizar a Morena, que de ser un Movimiento lo transformó en Morena. Junto con López Obrador se fueron muchos perredistas.
En pleno proceso electoral, en junio de ese 2013, López Obrador visitó Nuevo Laredo, para atestiguar la elección de la primera mesa directiva del Comité Municipal de Morena.
Fue una visita atípica. Hubo intento, por parte de algunos perredistas y panistas, de convencerlo para que hiciera un pronunciamiento a favor de Carlos Canturosas, entonces candidato a la presidencia municipal por el PAN -- partido al cual había solicitado su afiliación en diciembre de 2012, pero le fue aceptada hasta julio del 2014-- pero el tabasqueño no solo se negó, sino que además se molestó y les dijo a los personeros que “el PRI y el PAN, son lo mismo”.
El acercamiento del PRD con el PAN le perjudicó en las urnas, aunque no en el bolsillo.
Pues bien, un partido desquebrajado, con una estructura electoral endeble, es el que recibe el nuevo dirigente municipal, José Constantino Solís. Reconstruir al PRD, no será tarea fácil. Y menos lo será, si no abre el partido a todas las expresiones.
En otro tema, en los próximos días estará de visita en Nuevo Laredo, César Augusto Verastegui Ostos, candidato a la dirigencia estatal del PAN, quien vendrá a platicar con la militancia, para solicitarles su voto en las elecciones del 11 de enero.
Verastegui ha causado muy buena impresión al interior del PAN, pues consideran que bajo su liderazgo el partido se fortalecerá y podrá competir por la gubernatura en el 2016.
Antes, por supuesto, viene la elección del 2015, en la que el PAN aspira a conservar las seis diputaciones que ganó en el 2012.
Por lo pronto personajes como Eliseo Raúl Huerta y Juan Manuel Ramos están en espera de que el equipo de campaña que acompaña a Verastegui les dé a conocer la fecha sobre su visita a Nuevo Laredo, y mientras tanto, se dedican a promoverlo entre la militancia y le ponen tanto empeño en sus explicaciones que los militantes ya tienen una idea de quién es, de su trayectoria y lo qué se puede esperar de él.