28 de octubre, 2014
Por enésima vez, reconoce el dirigente local del PRI, Jesús Valdez Zermeño, que hace falta una mayor participación de los regidores priistas en las sesiones de cabildo, pero hace notar que lo mismo les hace falta a los del PAN, y tiene la razón.
El actual cabildo es poco participativo. No hay debate y por eso es común que escuchemos toda clase de disparates en las sesiones. De los 21 regidores y dos síndicos, no hay uno solo que destaque por su capacidad de análisis y de debate.
Hemos escuchado en las juntas de cabildo auténticas barbaridades, desde un síndico proponiendo un “ajuste” de las tarifas por el servicio de recolección de la basura, sin poder especificar el costo de la tonelada levantada en las calles, hasta alguna regidora diciendo que la actual administración es la primera que publica en los periódicos las licitaciones de obras.
Hay regidores que justifican la falta de debate con el argumento de que el verdadero debate se da en las juntas de comisiones. Puede ser, pero eso no debe ser un impedimento para que en las sesiones los regidores que presentan un dictamen expliquen someramente las razones por las cuales se tomó una decisión. Eso hablaría de transparencia y ganas de informar lo que se hace al interior de las comisiones.
Tenemos un cabildo anodino y gris.
En otro tema, luego de la reunión de los diputados priistas estatales, primero, y luego los diputados estatales de todos los demás partidos, los bonos de Ramiro Ramos Salinas, Presidente de la Conferencia Nacional de Legisladores Prisitas, se han ido por las nubes, lo que lo ha convertido en el neolaredese más destacado de la política nacional.
A Nuevo Laredo, al PRI y al resto de los partidos en general, le hacen falta personajes políticos que trasciendan más allá del Km. 26.
A diferencia de Matamoros, Victoria y Reynosa, Nuevo Laredo carece de figuras políticas que destaquen a nivel nacional y estatal.
Hasta el año pasado, el diputado perredista, Jorge Valdez iba muy bien en su carrera política, pero el escándalo en que se vio envuelto al golpear a una persona, le echo toneladas de tierra a su propia imagen y no hubo estrategia periodística que lo rescatara del fango.
En la medida que Nuevo Laredo, cuente con un capital humano que destaque en la política estatal y nacional, a la ciudad le irá mejor. Y si Victoria y Matamoros se han llevado el honor de que los últimos gobernadores son nativos de esas dos ciudades, más adelante, Nuevo Laredo también puede destacar en ese sentido.
Hay que dejar atrás la política carroñera, esa política que dice que si no soy yo el elegido, que tampoco sea fulano. Eso no le ayuda a nuestra ciudad.
Es increíble que el único neolaredense que ha sido gobernador, lo fuera de 1945 a 1947, porque lo destituyeron. Tenemos 67 años sin un gobernador nativo de Nuevo Laredo y la verdad es que ya es demasiada sequía.