19 de septiembre, 2014
La Cámara de Comercio, que preside Fernando Torres Villarreal, se ha puesto las pilas y puso en marcha una campaña de acopio de alimentos para ser enviados a los miles de damnificados por el huracán Odile, que azotó Baja California.
Los mexicanos siempre hemos sido solidarios con los más débiles y los desprotegidos y que bueno que la Canaco tome esta bandera en apoyo de los damnificados de Baja California, donde ciertamente las escenas de vandalismo que se mostraron en la televisión, donde la gente se dedicó a saquear los hoteles y negocios, fueron vergonzantes, pero eso no quita el enorme daño que el huracán causo en el patrimonio de las familias.
Fernando Torres también es presidente de la Feria y Exposición Fronteriza que este domingo termina y aunque ciertamente no se vieron las grandes aglomeraciones de hace algunos años, si acudió un número importante de familias, deseosas de pasar un rato divertido.
Por otra parte, pasa el tiempo y poco a poco se diluye el tema de los ecotaxis, en el que un grupo de personas pretendió doblegar al gobierno del estado para que les otorgara permisos para poder operar.
No cabe duda que a algunos les gusta hacer las cosas al revés. Lo correcto es que estos señores hubiesen conseguido las concesiones y luego puesto en servicio los taxis.
Encima nos quisieron vender la idea de que usar taxi sería tan barato como pagar entre 10 y 20 pesos por dejada, lo que nadie se cree, en estos días en que el litro de gasolina anda en algo así como 11 pesos con 18 centavos. Pero además, el banderazo de salida autorizado para Nuevo Laredo, por le Subsecretaría de Transporte, anda en 12.50 pesos.
Nuevo Laredo requiere de un mejor sistema de transporte público, pero que mueva a grandes segmentos de la población, es decir, con camiones.
Hace algunas décadas, en nuestra época de estudiante universitario en Monterrey, la biblioteca de la Facultad de Medicina abría las 24 horas, de tal manera que en tiempo de exámenes, se concentraban ahí alumnos de diferentes escuelas y era común que a quien le diera sueño o se fastidiara, en plena madrugada se salía y tomaba un camión que lo dejaba cerca de su casa. ¡Sí, el transporte público operaba las 24 horas!
Aquí en Nuevo Laredo, los camiones urbanos dejan de circular poco después de las nueve de la noche. Después de esa hora, usar taxi es un lujo para miles de familias, porque un trabajador que gane 800 pesos a la semana, no puede destinar 40 o 50 pesos para que lo lleven a su casa. Y estos precios seguirán en Nuevo Laredo lo mismo si hay 280 taxis o si hay dos mil, no pueden reducirse las tarifas mientas la gasolina este cara y mientras los coches a crédito sean caros.
Lo más correcto sería convencer a los concesionarios de camiones para que amplíen sus horarios de servicio, pero hay que entender que esto es un negocio y si la ampliación de los horarios no genera ganancias, no van a entrarle.
No va a circular un camión en una ruta donde tenga dos o tres usuarios. A nadie le gusta perder su dinero.