29 de agosto, 2014
Hace 50 años surgieron los primeros diputados de representación proporcional. En esa primera bancada, la de 1964, el PAN tuvo 20 asientos.
Eran los tiempos en que el PRI ganaba todas las elecciones. Cuando no ganaba, arrebataba, alguna vez dijo Alfonso Martínez Domínguez.
Ganarle al PRI en las urnas era casi imposible y en caso de que así sucediera, no había problemas: los órganos electorales los controlaba el mismo gobierno y estaban a servicio del PRI.
En las elecciones de 1983, aquí en Nuevo Laredo, a las cuatro de la tarde, apareció una edición extra que le daba el triunfo al candidato del PRI, Ricardo de Hoyos y eso que todavía faltaban dos horas de votación.
Para colmo, la nota principal la dictó el veracruzano Mario Vargas Saldaña, que entonces era el secretario general del CEN del PRI y al final remato: “Mándenos la factura, por lo que sea”.
De nada sirvió que el PAN exhibiera, en plena plaza Hidalgo, copias de todas las actas es escrutinio que le daban el triunfo. Al final, el presidente del Comité Municipal, el abogado Alfredo Buerón Gracia, le entregó al candidato del PRI, el acta que lo acreditaba como triunfador, con 25 mil 993 votos contra 21 mil 281.
De nada valió, que la oposición hubiese tomado fotografías cuando un grupo de priistas entraban a la bodega donde se resguardaban las boletas, custodiadas por soldados, que nada hicieron por impedir el atraco y después aparecieron varias boletas donde al PRI le daban más de 800 votos y cero para el PAN.
Y eso se replicaba en todo el país, por eso se crearon las plurinominales, para compensar los robos electorales a los opositores.
Con el paso del tiempo aparecerían los regidores de partido, diputados locales y senadores. En 1989, con el triunfo del PAN en Baja California, las elecciones empezaron a ser más competidas y el momento cumbre se dio en el 2000 con la derrota del PRI en la presidencia de la república.
Hoy la competencia entre el PRI, el PAN y el PRD es más fuerte. Los otros partidos ocasionalmente ganan algunas alcaldías participando solos o aliados.
En muchos países de Europa y América existen los diputados plurinominales, en Estados Unidos no.
Hay quienes creen que debieran desaparecer todos los pluris, desde senadores, diputados federales y locales, y regidores. O al menos reducirlos.
Hay otros que creen que en todo caso deben existir, pero que todos los servidores públicos deben tener sueldos simbólicos, para que realmente demuestren su amor a la sociedad y dejen de ver los cargos como botín de corsarios. Eso aligeraría la carga presupuestal y los políticos se sentirían más comprometidos con los ciudadanos. Pero estamos soñando.