26 de agosto, 2014
Gustavo Cárdenas Gutiérrez, dirigente estatal del Movimiento Ciudadano, rescató para ese partido, a los ex panistas Jorge Ramírez Rubio y Everardo Quiroz Torres, al hacerlos representantes de ese partido en Nuevo Laredo. El primero como presidente y el segundo como secretario de organización.
Cárdenas le ganó el mandado al dirigente estatal del PAN, José Alberto López Fonseca, quien había buscado un acercamiento con Ramírez Rubio para que regresara al PAN, partido al cual renunció el año pasado, para irse de candidato a la alcaldía por el Partido del Trabajo.
Y junto con Ramírez Rubio y Everardo Quiroz se fueron otros elementos que hasta el año pasado militaron o simpatizaron con el PAN, pero están inconformes con la forma en que ese partido es manejado. Hoy ven en el Movimiento Ciudadano, un instrumento mediante el cual pueden seguir participando en política para aspirar a tener una mejor ciudad.
El que de plano no quiere saber nada del PAN, ni de ningún otro partido, es el agente aduanal, José Guadalupe Bautista Montoya, quien fue regidor, postulado precisamente por el PAN.
Bautista quedó desilusionado de los partidos y los políticos.
El año pasado Bautista renunció al PAN y aceptó irse de candidato a regidor por otro partido, pero concluyó la campaña y se retiro de la política, desilusionado por la forma en que se hace política en Nuevo Laredo.
Es una lástima que su talento no sea aprovechado por ningún partido, ni por ningún gobierno. Cuando Bautista fue regidor, con Ramón Garza Barrios, trabajo muy bien con las autoridades de Laredo, Texas y las relaciones entre ambos Laredos, mejoraron considerablemente. Al hombre le gustan las relaciones públicas y es de resultados.
Hoy las relaciones entre ambas ciudades están tan deterioradas que la Directora de Turismo de Laredo, Blasita López, le dijo a su homólogo de Nuevo Laredo, que no perdiera su tiempo buscando mejorar las relaciones entre las dos ciudades, pues en el lado americano se ha gastado mucho dinero, precisamente en deslindarse de Nuevo Laredo.
Este deterioro no es nuevo. Hizo crisis desde el anterior trienio y aunque hoy suene a una causa perdida, las autoridades de Nuevo Laredo deben hacer su mejor esfuerzo por recuperar la confianza de sus homólogos de Laredo.
Mieles de neolaredenses viven en Laredo, pero tienen sus negocios o sus trabajos en Nuevo Laredo. Hay miles de laredenses que tienen sus raíces en Nuevo Laredo y a los que hasta hace algunos años les gustaba visitar el terruño tres o cuatro veces al mes. Hoy, a lo mucho vienen una o dos veces al año y eso en calidad de visita de doctor, pues no tienen confían en la seguridad pública.
Hay mucha afinidad entre las familias de los dos Laredos y la verdad es que las relaciones entre las autoridades de las dos ciudades deberán ser de cordialidad, respeto, cooperación y generosidad, precisamente en atención a los lazos que unen a las familias de uno y otro lado de río Bravo.