22 de febrero, 2014
Hubo un tiempo en que en México ser de izquierda era sinónimo de ser liberal. Hoy, ya no lo es.
En estos días se ha desatado la polémica, luego de que un grupo de diputados del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha propuesto descriminalizar el consumo de la mariguana, cuando se use para fines médicos.
La propuesta fue lanzada por un grupo de “jóvenes” diputados, que andan por encima de los cuarenta años. Esto de la juventud cada quien lo define a su manera, pero puesto que nadie de nosotros es eterno y nadie tiene la certeza de cuánto tiempo va a vivir, para nosotros joven es de 22 años para abajo, una mujer y un hombre de 23 años, ya son seres física y mentalmente maduros. Que a un cuarentón le dé por vestir pantalones rotos o a una cincuentona le dé por tener amantes de 20 años, es muy su gusto, pero eso no les recupera la juventud perdida.
Pero regresemos al asunto de la mariguana. Si en el pasado ser de izquierda era sinónimo de liberal, en toda la amplitud de la palabra, ahora, ya no tiene la misma connotación. Cuando Andrés Manuel López Obrador gobernó la Ciudad de México, y lo hizo excelentemente bien, pero después la ambición por el poder lo enloqueció, nunca quiso tocar temas como la despenalización del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Por su conservadurismo encaja más en el PAN, pero él se siente contento en la izquierda.
En el tema de despenalizar el consumo de la mariguana, López Obrador dice que no y curiosamente un ultra-conservador como Vicente Fox, dice que sí.
Por nuestra parte, creemos en un régimen de libertades que no deben tener más límite que el respeto a los terceros. Así como una persona tiene derecho a escuchar música rap, otro puede entretenerse con La Traviata; el que quiera fumar o beber, está muy en su derecho, así como otros tenemos derecho a no fumar y a no beber.
Hoy quien quiere ponerse un tatuaje o un percing en alguna parte de su cuerpo, está en su derecho; si alguien le quiere ir al América o a Dallas, muy su gusto; cuando más de mil millones de personas están atentas al Mundial de Futbol o a las Olimpiadas, hay otros siete mil millones que prefieren dedicar su tiempo en otros asuntos. Eso es libertad. El poder de decidir lo que sea hace o no se hace.
Si mañana se despenaliza la mariguana, la consumirá el que sienta necesidad de ella, pero no quiere decir que niños, jóvenes y adultos de la noche a la mañana se conviertan en adictos. Si despenalizar su consumo sirve para reducir la delincuencia, adelante.
En esta vida hay vicios legales y extralegales y recurren a ellos el que quiere. Todos los que hoy tenemos más de 30 años de alguna vez tuvimos 15 años, 20, 25 y la tentación por las cosas ilegales siempre estuvo ahí. A muchos de los que hoy son adictos, nunca se les colocó una pistola en la cabeza para obligarlos a hacerlo. Es probable que a algunos sí, pero son una minoría muy rala.
Ahora, que despenalizar el uso de la mariguana no necesariamente será exitoso. En los cuarentas del siglo pasado se intento, se despenalizó y después se dio marcha atrás, al no funcionar. Hoy la creciente delincuencia obliga a intentarlo todo.