22 de octubre, 2012
Ni Octavio Almanza ni Benjamín Rosales quedaron al frente del PRI. Debajo de la manga se sacó a José Alberto Ramos Zapata, ex presidente de la Asociación de Constructores y actual presidente del Instituto Político Empresarial, el grupo que hace varios lustros organizó y creó el cabo Alberto Mancilla Sánchez.
Enorme paquete le toca a Ramos Zapata, que llega al PRI sin experiencia política, por más que el día de mañana nos digan que participó en la campaña de Adolfo López Mateos o vaya usted a saber con quién.
Llega a aprender y aprenderá en la medida en que acepte sus fortalezas y debilidades y esté dispuesto a delegar responsabilidades en otros con mayor capacidad y experiencia, en otros qué si sepan.
Su designación ha causado mucha sorpresa entre la clase política, porque luego de venir de una derrota aplastante --de 83 mil votos que el PRI obtuvo en en el 2010 se cayó a 40 mil aquí en Nuevo Laredo—todo mundo quiso suponer que el PRI se decidiría por un caballo ya corrido, ya curtido. No paso así y no nos sorprende, porque como escribimos aquí, en días pasados, vivimos en un país surrealista donde todo es posible.
Este miércoles se reunirá el Consejo Político Municipal del PRI para avalar la renuncia de Enrique Reséndez a la presidencia del Comité Municipal y someter a votación la propuesta de Ramos Zapata quien llevará como su secretaria general a Apolonia Carrizales Lira.
La llegada de un empresario, dedicado siempre a los negocios, alimenta la versión de que los empresarios de Nuevo Laredo buscan que la presidencia municipal quede en manos de uno de los suyos.
Semanas atrás, el Tesorero, Alfredo Fernández González, visitó Nuevo Laredo y tuvo une encerrona con un grupo de empresarios a quienes les habría sugerido que fuesen pensando en una terna de prospectos, versión que no ha sido confirmada, pero tampoco desmentida.
Y como vivimos en una ciudad donde los comentarios que se esparcen se multiplican, la terna de nombres que se mencionan entre los empresarios está encabezada por Alfredo Monetou, Alfredo Espinosa y Guillermo Fernández de Jauregui.
Falta, aún, varios meses, para que se tome la decisión para Nuevo Laredo, pero por lo pronto los empresarios han dado un paso en sus pretensiones.
No es Ramos Zapata, por supuesto, el primer empresario que llega al PRI. Antes de él estuvieron Oscar Hinojosa, José Suárez López, Jesús Valdez, Gerardo González, pero todos antes de llegar se foguearon en diversas áreas, desde estar en la administración pública, participar en el financiamiento de la campaña, tener tareas específicas en el partido, como repartir propaganda, etc.
En fin, a Ramos Zapata tendrá una gran responsabilidad al dirigir al PRI y luego tendrá que ser vigilante de que se escoja a los mejores candidatos a los cargos de elección que se disputarán el año próximo.
Se saco la rifa del tigre, y de él dependerá que los sectores y organizaciones jalen parejo con la intención de recuperar la confianza de los ciudadanos y recuperar esos 43 mil votos que se perdieron hace apenas menos de cuatro meses.