27 de julio, 2012
Después de lo mal que le fue al PRI en la última elección, la revisión de su estructura territorial es obligada.
Por alguna razón, en el proceso electoral se quiso innovar y se hizo a un lado a los operadores políticos naturales.
Por ejemplo, la Secretaría de Organización, desde siempre ha estado reservada para gente del Movimiento Territorial. Por ahí han pasado Ramiro Guzmán, Jorge Luis Benavides o Arnoldo Escamilla.
A Arnoldo se le hizo a un lado meses antes de la elección y en su lugar se puso a Jorge Soto Rodríguez, avecindado en Ciudad Victoria y con dos o tres años en Nuevo Laredo, pero fuera del partido. Es imposible determinar hasta dónde influyó en el resultado de la elección este cambio, pero de que afectó, ni duda cabe.
Si al MT no se le dejo operar, otro tanto paso con la CTM. Las tareas asignadas, fueron mucho menores a las de sus capacidades.
El MT y la CTM, trabajaron en la campaña, hicieron su parte para promover al partido, pero lo hicieron con poco entusiasmo. Actuaron más por compromiso, que por sentirse identificados con la campaña. En el pasado reciente ha habido campañas difíciles, pero los priistas han logrado sacarlas adelante, porque se les convocó y se les dio libertad de maniobra. Así paso en el 2003 con José Manuel Abdala y en el 2009 con Cristrabell Zamora Cabrera. En ambos casos se redujo la votación, comparado con los procesos anteriores, pero fue suficiente para ganar.
En cambio eso no paso en la reciente elección en la que se termino perdiendo con una diferencia de 27 mil votos.
EL PRI tendrá que revertir todo eso y para eso necesita convocar a los operadores de toda la vida.
En otro tema, nos tocó ver una entrevista que le hizo al Presidente Felipe Calderón, un periodista de Televisa Guadalajara, en el que habló sobre la reciente derrota del PAN.
Jalisco esta en el corazón de Calderón, porque fue la tierra donde fue destapado como precandidato, lo que obligó a renunciar a la Secretaría de Energía. Después, en la elección del 2006 fue la entidad que más votos le dio.
Dijo Calderón que perdieron los candidatos, perdió el PAN, pero también perdió la administración federal porque la gente ya no confió en la forma en que están gobernando.
Señaló que la derrota debe hacer reflexionar a los panistas y recuperar el rumbo para más adelante retornar al gobierno federal.
Nos sorprendió la franqueza del Presidente. Fácil hubiera sido echarle la culpa a Josefina, a los operadores del PAN, a Vicente Fox, a los candidatos a senadores y diputados, a la crisis económica mundial, a la delincuencia organizada y en vez de todo eso, abiertamente admite que se conjugaron una serie de factores para que se diera la derrota, entre ellos el hecho de que la gente no está conforme con la manera en que está gobernando el PAN. Más claro ni el agua.
Vistos los números con frialdad, Josefina Vázquez no lo hizo tan mal, pues dejo al PAN como segunda fuerza electoral en el país, por encima del PRD. El problema es que a la gente no le gustan los segundos lugares, a la gente le gusta estar con el ganador.
El PAN se tiene que reorganizar, por su propio bien, pero también por el bien del país. Toda democracia necesita de varios partidos fuertes para que actúen como un contrapeso del que gobierna, Tener en el poder un partido mayoritario, fuerte y organizado y en la oposición partidos chiquitos acerca a todo país a la dictadura, ya sea dura o blanda.
El Distrito Federal es el mejor ejemplo, de los riesgos de que exista un partido súper poderoso: el PRD se lleva la mayoría de los distritos y las delegaciones y como tiene una mayoría absoluta, hace lo que quiere, sabedor de que nadie le hace contrapeso. La izquierda, por supuesto está feliz con lo que ocurre ahí, ¿Pero y el PRI? ¿Y el PAN? ¿Y las demás fuerzas?
Así pues, el país necesita de partidos opositores fuertes, para que puedan hacer contrapeso, de la misma manera en que el PRI y el PRD lo hicieron en estos 12 años de poder del PAN. Ahora al PAN y el PRD le corresponderán convertirse en contrapeso del PRI, cuando este asuma la presidencia de la república.
Por eso, que el Congreso haya quedado fraccionado, fue lo mejor que pudo pasarle al país, porque eso obligará al PRI a negociar con las otras fuerzas y cuando se negocia, tiene que haber disposición en dar marcha atrás en cuestiones que pueden ser muy buenas para cierto sector de la sociedad, pero en cambio afectan los intereses de las minorías. No se trata, tampoco, de dejar que las minorías se impongan, de ninguna manera, pedo sí de que se les tome en cuenta y que perjudicar a alguien, sea la última opción.