23 de mayo, 2012
Curiosa es la forma en que se accionan los engranajes de la política en México.
Durante años, la revista Proceso le dedicó varios reportajes a Tomás Yarrington, cuando era gobernador y después de dejar el cargo, vinculándolo a grupos criminales y en México no paso nada. Lo más fuerte en su contra fue alguna declaración de José Luis Santiago Vasconcelos, entonces Subprocurador de la Siedo, reconociendo que se atendían algunas líneas de investigación. Pero nadie se intranquilizo, nadie protesto, convencidos de que el asunto era meramente periodístico.
Ahora, en cambio, cuando se maneja la posibilidad de su detención por parte de autoridades federales de los Estados Unidos, el primero en lanzársele a la yugular es el dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell quien pide se le expulse del partido. Si las acusaciones en contra de Yarrington fueran en México, el mismo Coldwell saldría a decir que se trataba de un asunto electoral.
Curioso resulta, también, que la vocera de la oficina del procurador federal para el sureste de Texas, Ángela Dodge, haya salido a aclarar que Yarrington ni está detenido ni es acusado. Pero Coldwell ya lo hizo culpable.
Ahora que hay que decir que, parafraseando a Luis Donaldo Colosio, en México hay sed de justicia, y desde hace tiempo priistas, panistas, perredistas y apartidistas, esperan que se aplique la justicia en contra de varios ex gobernadores que saquearon las arcas y dejaron deudas de más de 80 mil millones de pesos, tan solo en los casos de Veracruz, Tamaulipas y Coahuila.
La esperanza de justicia, pues, siempre esta presente.
Mientras tanto, el candidato a senador por Nueva Alianza, Arnulfo Rodríguez Treviño, concedió una entrevista telefónica al colega Marco Antonio Espinosa y dijo que ni renuncia a su candidatura, ni tiene una enfermedad terminal y que en breve, retomará su campaña.
Señaló además, que en estos momentos está dedicado a la negociación de los asuntos de los maestros.
“Estoy gracias a Dios bien, estamos listos, hubo un alto en el camino, pero nadie sabe nomas Dios, estoy bien recuperado, estoy fuerte, me siento con bastante fortaleza que Dios me da y máximo por los deseos gracias por los deseos de esa gente”, subrayó.
Arnulfo se pasa algunos días en la Ciudad de México y otros en Nuevo Laredo, viendo los asuntos del magisterio y cumpliendo con el tratamiento médico a que está sometido y que no tiene nada que ver con las enfermedades crónicas y terminales que le han atribuido algunas fuentes periodísticas.
Y mientras Arnulfo se recupera, muchos maestros continúan haciendo proselitismo a su favor para que obtenga un buen caudal de votos e incluso hay quienes suponen que puede ganar la elección. Hay pues, campaña sin candidato y no dudamos que Arnulfo obtenga el voto duro de los maestros de Tamaulipas o lo que es lo mismo en números fríos: por lo menos 60 mil votos en el Estado.