7 de mayo, 2012
Si Gabriel Quadri obtuvo una victoria pírrica en el debate entre candidatos presidenciales, el gran perdedor es el Instituto Federal Electoral, por prestarse al pitorreo y permitir el montaje de esta comedia.
Con el consenso de los partidos que hoy se quejan de que las reglas del debate eran rígidas, a pesar de que ellos las propusieron y aprobaron, el IFE acepto todo este montaje, en el cual tres de los candidatos no respondieron las preguntas que se les hacían y dos de ellos, Josefina y López Obrador, se dedicaron a atacar a Enrique Peña Nieto, que se la paso defendiéndose.
La noche del domingo 6, no asistimos a la representación de un debate, sino un simple encuentro entre candidatos presidenciales. Y no fue un encuentro de cuatro, sino de tres, pues Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez y Andrés Manuel López Obrador ignoraron a Quadri, todo el tiempo. Para ellos no existió, como no existe para la mayoría de los mexicanos. Y como el hombre no tenía nada que perder, y sí todo que ganar, aprovecho el tiempo para presentar sus propuestas y para echarse confeti, como cuando se presento como candidato ciudadano, como si los otros tres fueran robots o extraterrestres. Como los otros tres lo ignoraron, nadie le pregunto porque siendo tan ultra liberal, se presta al juego de ser candidato de un partido cuya dueña esta desprestigiada y es corresponsable de los grandes rezagos que tiene el país en materia educativa.
Después de la victoria pírrica de Quadri, el mejor librado fue Enrique Peña Nieto pues durante la jornada se derribó el mito de que no es capaz de articular más de dos palabras seguidas, como siempre ha dicho López Obrador. Esa imagen negativa, que muchos compartíamos, quedó derribada. Peña Nieto no solo le hizo frente a los dardos de sus oponentes, sino que además exhibió a Josefina Vázquez Mota como una legisladora floja que no cumplió cabalmente cuando era diputada federal.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador debe estar lamentándose de haber cambiado su imagen de beligerante por la de su república amorosa, porque con esa investidura no le hizo nada a Peña Nieto.
El debate no trajo sorpresas, todos sabíamos que así sería, porque el formato rígido lo decidieron los propios partidos y el IFE, en su calidad de árbitro, se lavo las manos.
Ya viene un segundo encuentro, para el 10 de junio, que esperemos que realmente sea un debate y no lo que vimos el domingo.
Con todo y que no esperábamos sorpresas, el encuentro de los candidatos presidenciales dejo, en términos generales, un mal sabor de boca.
Junto con el IFE, Josefina Vázquez es la gran perdedora. La mujer sigue bajando en las encuestas e insiste en arroparse con la figura del Presidente Felipe Calderón que hasta ahora ha sido insuficiente para posicionarla.
Vázquez Mota haría muy bien en revisar el proceso del 2006 cuando Felipe Calderón rompió con Vicente Fox y se autonombro el hijo desobediente, lo que lo catapultó y lo llevo al triunfo.
El problema de Josefina es que el tiempo se agota y en estos momentos pareciera imposible que pueda alcanzar a Enrique Peña Nieto y sus casi 20 puntos de ventaja.