4 de diciembre, 2011
El senado aprobó retirar el fuero a todos los funcionarios de elección, desde el presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados, etc., y que sean sujetos a procesos jurídicos.
Hasta ahí está bien la propuesta, ahora falta ver lo que diga la Cámara de Diputados que bien puede dar marcha atrás, lo que ya ha hecho en muchos otros temas, como la reforma política.
No hay, pues, que echar las campanas al vuelo, hasta no ver en qué termina todo este rollo.
Retirar el fuero a los servidores públicos es una exigencia que viene planteado la sociedad mexicana desde siempre.
Abundan en el país auténticos pillos que al amparo de un cargo de elección cometen toda clase de barbaridades. Esta lista de hampones con charola la encabeza el diputado Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, seguido muy de cerca del llamado diputado Hooligan, Cristian Vargas, del PRI. Estos barbajanes agreden, insultan, se mofan de todo mundo. Lo hacen sin importar que los estén grabando las cámaras de televisión, no los amedrenta tener enfrente grabadoras, ni que haya cien testigos. Saben que el fuero los protege, saben que sus partidos jamás les han llamado la atención. Y así como ellos hay muchos más, que sean discretos, es otra cosa, pero cada vez que pueden amenazan con correr al agente de tránsito que los detuvo por manejar a exceso de velocidad, le gritan a los empleados de oficinas públicas y aún de privadas, nada más porque no les gusto la forma en que los miraron. Hasta incurren en el exceso de pretender que se les deje entrar gratis al cine, argumentando que son servidores.
Ojala que se quite el fuero. Total, el que actúa como buen ciudadano, sabe que las probabilidades de que se le inmiscuya en problemas legales son reducidas y que si la mala suerte lo involucra, sus antecedentes de buen ciudadano abogarán por él.
En otro tema, en una de las últimas sesiones, el cabildo estableció que los horarios de oficina para funcionarios y regidores es de las 8.00 a las 15.00 horas, de lunes a viernes y que fuera de ese horario, son libres de hacer lo que quieran, incluido el proselitismo político.
La medida se toma en la víspera de la eminente campaña electoral del año próximo. Independientemente de los tiempos de la campaña y de la pre-campaña, también habrá la pre de la pre-campaña que no está regulada por la ley y durante la cual los partidos deberán ser muy celosos en la vigilancia de lo que hagan sus militantes para que los actos de proselitismo de estos no los afecten.
Por cierto, por si le interesa, le informamos que el tope de gastos de la pre-campaña de diputados federales será de 179 mil 033 pesos, en tanto que la de Presidente de la República será de 167 millones 260 mil 766 pesos.
En cambio, en la campaña presidencial el tope será de 328 millones 608 mil 207 pesos. La campaña presidencial durará 90 días, lo cual es un decir, pues Andrés Manuel López Obrador está en campaña desde hace cinco años y Enrique Peña Nieto lleva otros tantos. Fregados están los panistas.