21 de febrero, 2011
Durante el foro de consulta ciudadana sobre Planeación, Desarrollo Urbano y Obras de Infraestructura, el investigador Oscar Alarcón Cantú reveló que el 20 por ciento de las casas del Centro Histórico y el 22 de los negocios, están abandonados, dijo que aumenta el número de quienes decidan cambiarse a otra zona de la ciudad y pidió a las autoridades reactivar ese sector.
Durante los últimos tres lustros se han destinado recursos importantes para rescatar y reactivar el Centro Histórico y hasta ahora los resultados obtenidos han sido muy raquíticos. Además, el programa está muy desprestigiado y desde que inicio a la fecha siempre se han manejado historias obscuras sobre la presunta corrupción que va desde algún director ganando 40 mil pesos mensuales, recursos destinados a apoyar a los negociantes más pudientes, obras presupuestadas dos o tres veces etc.
Los resultados logrados hasta ahora han sido tan mínimos que uno se pregunta si valdrá la pena seguir metiéndole dinero a un programa que no luce, que no funciona. Es más, invertirle recursos públicos en propiedades privadas, pareciera ser contraproducente pues ahora hay que quienes quieren que se les arreglen las fachadas de sus casas y comercios y piensan que fachada también es enjarrar paredes, remplazar pisos, arreglar techos, hasta dotarlos de alguno que otro mueble. Con los pobres resultados logrados en los últimos años pareciera que la mejor forma de rescatar al Centro Histórico es que lo haga el sector privado y que lo haga con sus propios recursos para que pueda tener resultados efectivos.
Hace algunas décadas hubo un personaje ya fallecido que tuvo el sueño de comprar las manzanas pegadas al puente, desde la avenida Guerrero a la Leandro Valle para derrumbar las construcciones existentes y luego levantar restaurantes, hoteles, tiendas artesanales, bares, centros de entretenimiento y que fuesen un atractivo para turistas y residentes. Ese sueño nunca se cumplió y vamos que el hombre tenía dinero para haber comprado todas esas propiedades, pero el tiempo no lo dejo.
No podrá rescatarse el Centro Histórico mientras abunden cantinas y en cambio no exista una oferta atractiva para las familias. Hay muchas otras ciudades donde las familias caminan por el frente de un centro nocturno o un bar, con la tranquilidad de saber que hay mucha seguridad y que nadie los va a molestar. Pero además, junto al centro nocturno hay una nevería, hay una pizzería, hay una tienda de video juegos, hay una boutique, hay un cine, hay pues muchas razones para que una familia quiera visitar el sector.
De nada sirve arreglar fachadas, banquetas, tener las calles limpias, si no hay atractivos para turistas y visitantes. Hay que presentar una oferta comercial atractiva, pero lo tiene que hacer los propios comerciantes y la autoridad pueda ayudarlos, pero como reguladores y facilitadores de las cosas.
Mientras tanto, se reunieron los regidores de la comisión de ciencia y tecnología y su presidenta decidió llevarles pollo y refrescos para que trabajasen con más ganas, aunque una reunión fructífera no se lleva más allá de una hora, de tal forma que no hay razón para que terminen “hambriados”.
Lo más correcto era ofrecerles alguna bebida y galletas y nada más. Además de que no faltara quien se sienta ofendido porque le hayan ofrecido pollo.