Campañas políticas, para llorar

Angel Virgen Alvarado

24 de January, 2023

Salvo la mejor opinión del respetable, a fe nuestra, el proceso electoral para Senador, que se efectuará en Tamaulipas el 19 de febrero, transcurre casi-casi, desapercibido. 

La mayoría de los electores “ni ve ni oye” a los candidatos. 

Y es que, de los tres que buscan la senaduría que dejó FAUSTINO LÓPEZ VARGAS (qepd) al morir en un trágico accidente el 8 de octubre del 2022, ninguno despierta entusiasmo entre los ciudadanos. Ningún perro les mueve la cola. 

Con decir que ni la mala fama que tiene JR GÓMEZ LEAL, EL GUACHICOLITO, despierta morbo entre la gente. Lo ignoran por insignificante.  

Así de ese vuelo. 

MUÑOZ CANO, MANUEL, tampoco levanta. 

IMELDA SANMIGUEL… caramba, es una dama pero… fuera de la calle en la colonia donde vive en Nuevo Laredo ¿Quién más la conoce? 

Dicho eso con todo respeto, por supuesto. 

Los mismos candidatos están convencidos de que 7 de cada 10 tamaulipecos no saben que habrá elecciones para Senador. 

7 de 10, solo 3 saben que habrá elecciones y de los 3 que saben, 2 no ignoran qué día deberán ir a votar. 

Estamos llegando a lo que tal vez sea las elecciones más despreciadas en la historia de Tamaulipas. 

No es exageración. Como diría ERNETO ZEDILLO: “Es la neta”. 

¿Y los millones de pesos que dio el INE a los candidatos para hacer campaña de proselitismo? 

Esos ya están en la bolsa. 

Ahora lo que hacen los candidatos es simulación. 

El proceso electoral es gris… gris Oxford, tirándole a negro. 

 

MI PECHO NO ES… 

El Presidente AMLO dijo que pedirá que Estados Unidos regrese a México 700 millones de dólares que le fueron decomisados al ex Secretario de Seguridad Pública, GENARO GARCÍA LUNA. 

Peca de iluso el Presidente si cree que Estados Unidos le hará caso. 

¡Que va a regresar nada!  

Ahora, si es cierto lo de los 700 millones de dólares ¿Cómo hizo GARCIA LUNA para depositarlos en bancos estadounidenses? 

En fin… 

¿A que le tiras cuando sueñas, mexicano? 

Por hoy, es todo. 

P.D.- LEIDO EN EL FACEBOOK 

A UN SEÑOR QUE VENDE PAN la mujer le preguntó:  

-“¿A cuánto estás vendiendo el paquete de Pan?”- 

- “A 30 pesos el paquete con dos, señito”- dijo el asoleado señor. 

Ella dijo: “Tomaré 5 paquetes por 100 pesos o me iré”. 

-“Está bien señora, llévelos al precio que usted quiera"- dijo el vendedor- “Puede ser, que este sea un buen comienzo, porque hoy no he podido vender ni un solo paquete”.- 

Ella tomó los paquetes de pan (que eran para su familia a la cual vería por la tarde en una fiesta “de traje”) y se fue.  

Se subió a su automóvil y se dirigió a un elegante restaurante con una amiga. 

Allí ordenaron de la carta, lo que más les gustaba. Comieron un poco y dejaron mucho de lo que ordenaron. Luego ella pidió la cuenta. 

El consumo era de 610 pesos y ella  dio 700 y le pidió al dueño del restaurante que se quedara con el cambio. 

Este incidente podría haber parecido bastante normal para el propietario pero, muy doloroso para el pobre y agotado vendedor de pan. 

La cuestión es:  

¿Por qué siempre demostramos que tenemos el poder cuando compramos a los necesitados y por qué somos tan generosos con aquellos que ni siquiera necesitan nuestra generosidad? ¿Por qué nos gusta tanto vivir de las apariencias? 

Mi padre solía comprar productos simples a los pobres a precios altos, aunque no los necesitaba. A veces solía pagarles más. 

Me preocupé por este acto y le pregunté por qué lo hacía. 

Mi padre respondió: “Es una caridad envuelta en dignidad, hijo”.