2 de abril, 2017
Mientras las luces de los reflectores iluminan el ascenso político del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), la penumbra va ocultando dramáticamente al partido del sol azteca, el cual se ha ido diluyendo en el panorama político nacional. “El PRD ha sido víctima de sus propios vicios, intereses, compromisos y falta de cohesión en sus programas electorales”, apuntó Rafael del Orbe Resendiz, ex dirigente municipal del PRD.
En sus inicios representó una esperanza real de un verdadero cambio para transformar a un país que pedía y sigue solicitando "gente comprometida", que lo lleve a una necesaria elevación de su valor y valer en el contexto mundial, añadió.
Toda esa promesa que perfiló en su momento el Partido de la Revolución Democrática y que además, lo colocó como la segunda fuerza política electoral de México, fue perdiendo consistencia ante la falta de concretar en los hechos y hacer efectiva, la bandera de honorabilidad, honradez, seriedad y equidad para gobernar.
Quienes le dieron la paternidad y lo vieron nacer, se dieron cuenta que los genes heredados poco a poco lo fueron convirtiendo en un ente voluble, bipolar y con facetas difíciles de definir, creando en consecuencia en el propio seno familiar, situaciones de pleitos internos que lo fraccionaron y exhibieron como un rival débil, comprobándose en cada proceso electoral su marcada decadencia muy difícil de ocultar.
Hoy, el estocazo que recibe lo hace estremecer hasta sus cimientos, pues de la envidiable y ostentosa representación que tenía en la Cámara Alta (20 senadores), 12 de ellos anunciaron ante la Mesa Directiva del Senado, su decisión de abandonar el grupo parlamentario del PRD, y formar una nueva fracción representativa, muy ajena a los lineamientos que los identificaban de origen, subrayó.