30 de marzo, 2017
¿Qué pasaría, en un escenario hipotético, si Carlos Canturosas participa en el 2018 como candidato a senador, a alcalde, o diputado federal, postulado por cualquier partido, excepto el PAN?
Es una pregunta interesante.
Varios son los escenarios.
Para empezar, son fama pública las fricciones entre el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y Canturosas. El mandatario no le perdona que durante dos años Canturosas lo golpeo políticamente y cuando se decidió la candidatura a su favor, nunca se presentó en ninguno de sus eventos de campaña.
Puesto que Cabeza de Vaca decidirá quiénes deben ser los candidatos en el 2018, es de suponer que se encargará de que Canturosas no aparezca en las boletas representando al PAN.
Canturosas terminó su trienio fuerte. A la gente, a un sector, le gusto su forma de gobernar. Hay un público que lo idolatra, al grado de que estos simpatizantes sostienen que si participa en el 2018 gana la elección, sin importar qué partido lo registre e incluso si se fuese como independiente. Como lo idolatran, eso piensan, pero la realidad es distinta.
En el 2013, Canturosas ganó por una serie de factores: la ciudadanía estaba harta del gobernador Egidio Torre; estaba molesta por el gobierno de ocurrencias de Benjamín Galván; el candidato del PRI nunca prendió, porque se rodeo de traidores; un sector de la sociedad se acordaba con cariño de Carlos Cantú Rosas; a otro sector le gusto el estilo de ser de Canturosas; tuvo el respaldo incondicional del principal periódico de Nuevo Laredo; contó con la imagen y estructura del PAN; Josefina Vázquez vino a apoyarlo; contó en su campaña con recursos económicos ilimitados y un largo etcétera.
Algunos de estos factores ya no existen.
Fuera del PRI y el PAN, ningún otro partido tiene una estructura territorial que le permita una cobertura real de las más de 500 casillas que se instalan el día de la jornada electoral.
Con Morena, y con cualquier otro partido, Canturosas tendría que construir su propia estructura, que además sería carísima, pues tendría que reclutarla, organizarla, capacitarla y pagarla.
También tendría que buscar su propia red de financiamiento, pues el PT Morena y el PRD, se concretarían a registrarlo y a darle su bendición.
Los operadores políticos que estuvieron con Canturosas en los procesos electorales del 2013, 2015 y 2016, ahora lo están con Enrique Rivas y el PAN. Canturosas tiene aún a un grupo de amigos que están integrados a la administración municipal, pero puestos en la disyuntiva de seguir siendo funcionarios y cobrar un sueldo o irse a la aventura, más de uno preferirá hacer a un lado su lealtad con el ex alcalde. Esto ha pasado y pasa en todos los partidos.
Si Canturosas opta por las siglas del PRD o PT, intentaría revivir a un muerto. En el caso de Morena, tendría un partido dividido, pues una parte de los militantes le es fiel, pero la otra, aparte de que no lo quiere, es seguro que se dedicarían a hacerle una campaña en contra.
Se ve imposible que Canturosas consiga el apoyo del PAN. Sus opciones están en otra parte, pero de buscarlas entraría a un juego de azar, en el que a lo sumo le quitaría votos al PAN, quizá 20 mil, quizá 25 mil, no lo sabemos, con los cuales no ganaría y adiós imagen.
Sin el PAN, las posibilidades de ganar se reducen, con el añadido de que puede desatar una persecución política y judicial en su contra, de consecuencias inimaginables. Mejor que no despierte al gigante dormido.