7 de marzo, 2017
El fin de semana, mientras una tupida lluvia provocaba encharcamientos en las calles, en el panteón Jardín de los Ángeles coincidieron Enrique Álvarez del Castillo y Jaime Emilio Gutiérrez, los dos prospectos que buscan la dirigencia municipal del PRI, en un evento para recordar el 88 aniversario de ese partido al cual en el pasado intelectuales como Gabriel Zaid, Octavio Paz y escritores como Armando Ayala vaticinaron su desaparición.
Ambos terminaron empapados, pero no los importo, pues se cumplió el objetivo de dejarse ver y que se les mencione.
Ochenta y ocho años en la vida de un partido no son pocos y solo un ignorante de la historia se atrevería a descalificar esos 88 años.
En el 2000, cuando el PRI perdió la presidencia de la república, los gurús dijeron que era el tiro de gracia, que ya no se repondría, y 12 años le bastaron para regresar al poder.
Y es que a diferencia de los demás partidos, el PRI ha sabido reinventarse cada vez que lo juzga necesario, lo que no pasa con otros institutos gobernados por caciques que los controlan desde hace 5 años, desde hace 10 años, desde hace 20 años, y ahí están, como ejemplo, Jorge Emilio González en el Verde; Jesús Ortega en el PRD; Alberto Anaya en el PT: Felipe Calderón en el PAN.
Hay muchas posibilidades de que el PRI no pueda retener la presidencia de la república en el 2018, pero de lo que no hay duda, es que aunque pierda, seguirá activo como partido, agregándole más años a sus recién cumplidos 88.
Ahora que en un descuido y gana, porque la realidad es que todos, absolutamente todos los partidos, están desacreditados, incluido Morena el cual no es más que un instrumento al servicio de Andrés Manuel López Obrador.
A propósito, el ex alcalde de Reynosa, Oscar Luebbert salió a decir que no es cierto que se vaya a afiliar a Morena, como lo sostienen versiones periodísticas, y dijo que lo que se busca es descalificarlo.
En cambio, cada vez son más crecientes las versiones de que otro ex alcalde, en este caso del PAN, Carlos Canturosas, busca ser candidato a senador en el 2018 por el PAN, pues fue uno de los compromisos de Ricardo Anaya cuando se decidió que el candidato a gobernador fuese Francisco García Cabeza de Vaca. El plan B es que si Cabeza de Vaca no se lo permite, se iría por Morena, lo cual suena más congruente, puesto que el mandatario no lo quiere y por eso no cumplió aquel anuncio que hizo en mayo de 2016, cuando desde uno de los salones del hotel Real Inn dijo que CCR formaría parte de su gabinete.
Canturosas competiría por la vía de mayoría, pero encabezando el primer lugar de la fórmula, con lo cual tendría un doble chance de llegar al Senado, ya sea ganando de mayoría o por la vía pluri, en el caso de que Morena quede en segundo lugar en las votaciones. Los antecedentes que se tienen es que López Obrador ha quedado en segundo lugar en Tamaulipas, en las elecciones del 2006 y 2012, en las cuales el PAN ha quedado en primer lugar y el PRI se ha ido al tercero.