24 de enero, 2017
Jesús Gámez Limón fue designado director del Colegio de Bachilleres de Tamaulipas (Cobat) 18, en sustitución de Marisela López Ramos.
Gámez se desempeñaba como Coordinador Regional del Cobat y tiene 28 años de antigüedad en la institución.
El cambio fue imprevisto y sin tacto, simplemente le dijeron a Marisela que Gámez Limón era el nuevo director. Ni una explicación, ni un gracias y la verdad no era necesaria tanta rudeza. ¡Y luego criticamos a Donald Trump por portarse como un patán con su esposa Melania!
No sabemos si después de 116 días, y visto lo del Cobat 18, ahora si vienen los cambios en más de una treintena de dependencias estatales. Estos cambios se han estado anunciando semana tras semana y la verdad es que al paso que va, igual se termina el sexenio y nada.
Algunos de los que aspiran a ocupar cargos estatales ya entraron en la desesperación, pues esperar casi cuatro meses no es cualquier cosa. Claro, el que no tiene trabajo ni negocio propio, ni responsabilidades, no pierde nada con seguir esperando. La situación cambia cuando se tiene una familia que mantener y ninguno de los integrantes tiene aptitudes para vivir de aire. Entonces, no queda más que buscarle por otro lado.
En otro tema, donde también se han tardado los cambios, es en el Comité Directivo Estatal del PRI. Desde el 3 de diciembre anterior, se agotó el período de Aida Zulema Flores, aunque ella se sigue ostentando como tal. Sin embargo, la realidad es que cualquier decisión que tome ella en calidad de dirigente priista, caería en la ilegalidad y se combatiría fácilmente en el Instituto Nacional Electoral.
Por eso hay quienes proponen que el CEN del PRI nombre un delegado en Tamaulipas que sea el que emprenda acciones al interior del partido, en tanto no se decida elegir una nueva directiva estatal.
Pero el PRI no da muestras de que le interesen los cambios, porque se perdió la elección hace siete meses y medio y todo sigue igual, a diferencia de lo que hizo Manlio Fabio Beltrones que presentó su renuncia días después de la debacle de junio de 2016. El sí actúo con decencia.
En fin, el PRI tendrá sus razones para continuar en la inmovilidad.
Uno de los priistas que literalmente se rompe la mother para proteger y defender al partido y sus activos, es Armando Torres Martínez.
En los últimos años, en las redes sociales ha protagonizado toda clase de debates con personajes reales y encubiertos, defendiendo al PRI, a sus sectores, a sus ex alcaldes, a sus ex dirigentes partidistas. Muchas veces ha sido objeto de injurias, de calumnias, de amenazas y él no baja la guardia, tomando incluso actitudes temerarias. La verdad es que esta clase de militantes enriquecen a cualquier partido. Porque una cosa es decir que se quiere a un partido y otra demostrarlo.
Esta como esos personajes que dicen desgarrarse las vestiduras por un partido, pero cuando obtienen cargos de elección o administrativos se niegan a pagar cuotas, con el pretexto de que el sueldo que reciben es poco o diciendo que el puesto lo ganaron sin ayuda de nadie. De esa clase de militantes debe cuidarse todo partido.