6 de enero, 2017
El descontento social por el alza de la gasolina sigue creciendo y el gobierno federal se mantiene insensible. El problema es que nunca faltan los revoltosos que a río revuelto, sacan ganancias.
El saqueo de 79 tiendas de autoservicio en la Ciudad de México y el Estado de México tiene todos los visos de ser un movimiento infiltrado por organizaciones políticas que quieren sacar ganancias. Ya se han diseñado toda clase de teorías conspirativas en la búsqueda de los autores intelectuales de esta rapiña, que van desde un movimiento organizado por el gobierno y el PRI para que antes el descontento se de dé marcha atrás al aumento de dos pesos por litro y que el partido quede como el héroe de la película y lo reposicione para el 2018. Otros apuntan sus dardos hacia Andrés Manuel López Obrador y Morena y los hay quienes ven en el PRD la mano que maneja a los saqueadores. Lo cierto es que hay que ponerle remedio ya, a esta situación que pinta parecido a lo del 68, movimiento que inicio a fines de julio y tuvo su punto culminante el 2 de octubre. El movimiento no surgió por generación espontánea, fue creciendo como bola de nieve, las autoridades dejaron pasar el tiempo y cuando la inauguración de los Juegos Olímpicos estaba a la vuelta de la esquina fue cuando una mente criminal decidió sacrificar sangre inocente para acabar con el movimiento.
Ante el descontento generalizado, lo mismo entre empresarios, comerciantes, profesionistas, amas de casa, el gobierno se empeña en sostener que el incremento era necesario porque de otra manera del dinero público se tendrían que tomar 200 mil millones de pesos para subsidiar la gasolina y eso afectaría programas sociales.
Hasta ahora nadie del gobierno ha planteado obtener esos 200 mil millones de pesos de ahorros en el gasto corriente del propio gobierno. En el 2015 , el gobierno federal anuncio un recorte a su gasto público por 124 mil 300 millones de pesos y de 132 mil para el 2016, pero el problema es que al final del año se gasta más de lo que se recauda. En el primer trimestre del 2016 el déficit del gobierno era de 61 mil 563 millones.
Otra alternativa para obtener esos 200 mil millones sería recurrir a la deuda pública, lo que no es recomendable.
El gobierno tiene en sus reservas internacionales 176 mil 246 millones de pesos y el ciudadano de pie se pregunta por qué no tomar una parte de esos recursos, digamos 40 mil millones de dólares, para mejorar la infraestructura del país, con una refinería, autopistas, aeropuertos, hospitales, industrias, que permitan generar millones de empleos. De 1933 a 1937 eso hizo una Alemania devastada por la primera guerra y en cuatro años el país resurgió de las cenizas, convertida en una potencia mundial. Después hizo crisis la locura de Hitler, pero eso es otra historia.
Van cinco días de protestas en todo el país, incluido Nuevo Laredo y no sabemos en qué vaya a parar todo este asunto. Es cierto que quienes protestan son una minoría, pero el sentimiento de disgusto también lo comparten los ciudadanos desde sus casas. Que no les guste el escándalo, es otra cosa, pero de que están molestos, lo están.