21 de septiembre, 2016
Hace algunos días, el 17 de este mes, el periódico El Universal publicó una extensa entrevista con el Gobernador Egidio Torre Cantú. La titularon “Se puede vivir en paz en Tamaulipas: Egidio Torre”. La frase fue tomada literalmente, aunque no deja de ser curioso que fue una pregunta a modo, pues lo cuestionaron si ¿Considera que se puede vivir en paz en Tamaulipas?
--Sí, por supuesto que se puede vivir en paz en Tamaulipas, contestó el mandatario.
Pero aunque se puede vivir en paz y aunque el propio Torre Cantú contesta que después de dejar la gubernatura caminará por las calles de Tamaulipas “y lo voy hacer con mucho gusto, saludando a mis paisanos, a los tamaulipecos, todos los días”, adelanta que al dejar el poder se irá a vivir a San Pedro Garza García, en casa rentada, porque hay una regla no escrita que el gobernador saliente “se va un rato, un par de años a vivir a otro lugar”. Se va, no por la inseguridad, sino por acatar esa regla no escrita.
Al final se le pregunta si se retirará de la política, a lo que responde que nunca ha estado inmersa en ella. Lo sabemos. Llegó al poder por un desafortunado incidente.
Hoy, al entregar ante el Congreso del Estado su sexto y último informe de gobierno, Egidio Torre dio un mensaje en el que habló de avances en materia de seguridad, educación y salud.
Más tarde dio otro mensaje desde el teatro Amalia González, al que asistieron los ex gobernadores Manuel Cavazos Lerma y Eugenio Hernández, además del Secretario de Sagarpa, José Calzado, el presidente del CEN del PRI, Enrique Reza Ochoa y los líderes del Senado y la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón y César Camacho Quiroz,
Con todo y la construcción de tres cuarteles militares, de la depuración de los cuerpos de seguridad y la permanente presencia de miles de marinos, soldados y policías federales en los municipios y carreteras de Tamaulipas, la seguridad sigue siendo el talón de Aquiles del gobierno estatal.
Los tamaulipecos seguimos viviendo en la entidad no por seguro sino porque no hay de otra. Los ricos pueden cambiarse de Estado cuando quieran, pero el grueso de los tres millones de tamaulipecos no.
Y los políticos podrán hacer declaraciones y cifras maquilladas o reales sobre la disminución de la delincuencia, pero otra es la realidad que se vive diariamente,
La estrategia de combate a la inseguridad en los últimos seis años no fue la correcta. Lo confirman los miles de delitos denunciados y no denunciados. Es cierto se invirtieron miles de millones de pesos en atacar la inseguridad y hubo centenares de oficiales abatidos en el cumplimiento de su deber, pero la estrategia no funcionó. Esa mala estrategia, es la que ayudó a ganar al PAN. Ante el fracaso del gobierno priista, los tamaulipecos votaron por una esperanza de que ahora sí las cosas cambien en materia de seguridad.
Más de 700 mil tamaulipecos, uno de cada cinco habitantes, voto por la esperanza, voto por Cabeza de Vaca, voto por mejor seguridad.