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Limpia en el PRI, por verse

Raúl HERNANDEZ

11 de septiembre, 2016

Después de la derrota del 5 de junio,  hubo priistas que frente al dolor de no  haber ganado, exigieron una limpia al interior del partido, para expulsar a los “traidores”. El mismo argumento se escuchó en el 2013, cuando se perdió la alcaldía, y un año antes, cuando se perdió la diputación  federal.

Ni en  el 2012, ni en el 2013, ni tres meses después del 5 de junio del 2016, se  ha dado una purga en el PRI. Y es que  hasta ahora, las quejas y reclamos por la  derrota se dejan escuchar en un suave murmullo que  pocos  alcanzan a percibir. El tono de estas quejas es  imperceptible para los  líderes  priistas.

Cuando Benjamín Galván impuso como dirigente del PRI a Enrique Reséndez, los únicos que protestaron fueron  Jesús Valdez y Daniel Peña. Los demás nada dijeron  por la imposición de un dirigente que hasta ese momento nunca  había ido a votar en ninguna elección. Hubo quien ante las quejas de Daniel Peña,  quien alertó sobre el riesgo de que al frente del PRI estuviera un hombre sin experiencia política, y  advirtió que Benjamín Galván se estaba equivocando, dijo: “Déjenlo que se equivoque, los que han sido alcaldes  han tomado decisiones similares. Ahora le corresponde a Benjamín tomar una decisión que puede ser equivocada”. La equivocación  fue grave, pues se perdió la diputación federal en el 2012.

El PRI no ha expulsado a nadie desde el 2012 a la fecha,  pero eso sí decenas de militantes, tanto de a pie, como  otros que han destacado en la administración pública, arropados por el tricolor, se han salido  del partido, sin dar aviso. Resulta increíble que el único que formalizó su renuncia al PRI, hace tres años,  mediante un escrito, haya sido Luis Lauro García Treviño.  Los demás se fueron sin avisarle a nadie. Les  faltó  decencia, ese valor del que todo mundo habla, pero pocos practican.

Actualmente al interior del PRI se cocina la expulsión de por lo menos una docena de sus militantes. Una docena, en un universo de miles y miles de militantes, es poca cosa, pero al menos sería  un avance de que hay interés en limpiar la  casa.

Claro,   habrá que  ver si estas expulsiones se apegan  a los estatutos del partido, no  vaya a ser que se repita lo que paso en julio en la CNOP, cuando  la comisión municipal de honor y justicia decretó  la expulsión de seis secretarios generales de organizaciones de comerciantes y en respuesta la dirigencia estatal  envió a un delegado que  desconoció a Benjamín García Marín y se aventó la puntada de decir que no tenía nombramiento. Pero después apareció el nombramiento, autorizado por el dirigente estatal, Efraín de León León y con vencimiento en el 2017.

Los tiempos políticos han cambiado. Desde el 2014 existe una Ley General de Partidos Políticos a la cual pueden recurrir los militantes a los que se violen sus  derechos políticos. Los partidos tienen que sujetarse a lo que ordena esta ley, no pueden actuar de manera impune, violentando sus propios estatutos, por eso se freno el caso García Marín, al menos de manera  temporal.

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