28 de junio, 2016
Hace 6 años sucedió lo impensable: el candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, fue emboscado y ejecutado.
El lamentable incidente ocurrió por la mañana.
En esos días se llevaba a cabo el mundial de futbol en Sudáfrica. El domingo 27, jugo la selección de Argentina contra la de México y el candidato del PRI vio el partido en Ciudad Victoria, para lo cual invitó a un selecto grupo de amigos. De Nuevo Laredo atendieron la invitación, Gina Ferrara y Héctor Peña.
El lunes 28, por la mañana, Everardo Quiroz ofreció una conferencia de prensa en la sede del Partido de la Revolución Democrática.
Quiroz era candidato a la presidencia municipal y cuando terminó la conferencia se ofrecieron refrescos y galletas. Entre plática y plática algún compañero recibió la noticia del atentado que minutos antes acababa de sufrir Torre Cantú. Entre llamadas para confirmar, o para dar a conocer los pocos detalles que se tenía, fueron pasando los minutos y se conocieron más detalles. Después del mediodía, Joaquín López Doriga salió a cuadro, a través de Canal de las Estrellas, para informar en cadena nacional, el atentado a Rodolfo Torre.
Rodolfo Torre había estado en Nuevo Laredo el viernes 25 de junio y reunió a más de 10 mil personas en el estadio de beisbol. Como siempre, actúo sencillo, atento, amable. Aún recordamos al compañero Rodolfo Valdez Ramón entrevistándolo y al final le pidió una foto juntos y el candidato accedió muy amable.
Rodolfo Torre siempre fue muy atento con los medios. La primera vez que vino a Nuevo Laredo, en calidad de candidato, se reunió con un grupo de empresarios que le ofreció Alfredo Monetou y antes de entrar, ofreció una conferencia de prensa.
También participó en desayuno con más de 70 compañeros en uno de los salones del restaurante El Rancho, donde se dio tiempo de saludar de mano a todos los asistentes.
En su discurso en el estadio de beisbol, dijo que a Nuevo Laredo le iría muy bien.
La ejecución de Rodolfo Torre lastimó a los priistas y a un fuerte segmento de los tamaulipecos que aún no pierden la capacidad de asombro ante incidentes violentos.
El crimen no se ha esclarecido, a seis años y es posible que jamás se tenga una versión oficial, salvo las versiones extraoficiales en donde caben todas las teorías conspirativas.
Los priistas siguen rindiéndolo honores a Rodolfo Torre cada año luctuoso, de la misma manera que lo hacen con Luis Donaldo Colosio, y en los discursos oficiales se suele hacer mención de lo bueno que eran y sin embargo, los dos crímenes siguen siendo un misterio sin resolver.
Es esa impunidad la que más lastima y lacera, a toda la gente de bien, porque si todo el poder del Estado es insuficiente para resolver crímenes como los de Luis Donaldo Colosio y Rodolfo Torre, ¿qué puede esperar cualquier hijo de vecino?