13 de abril, 2016
Los partidos políticos y el Congreso del Estado se empeñaron en bloquear la participación de los candidatos independientes y lo lograron de manera parcial.
Los diputados no solo aumentaron en un 50 por ciento el número de firmas que la legislación federal les solicita a los candidatos independientes, sino que además se negaron a que tengan derecho a participar en el reparto de regidores de representación proporcional. Por ignorancia, nuestros diputados pasaron por alto que la interpretación de las leyes no les compete a ellos, sino al Poder Judicial, lo que ha permitido que el Tribunal Federal Electoral reconozca el derecho de los independientes a tener regidores, pero los independientes tendrán que combatir en los tribunales, aunque será una gestión de mero trámite.
El Congreso de Tamaulipas se hubiese visto como un órgano democrático si hubiese reformado la ley electoral, sin necesidad de que los independientes tengan que recurrir al TRIFE.
La más reciente pifia contra los independientes la acaba de dar el Consejo General del Instituto Electoral de Tamaulipas, que al asignarles recursos para sus campañas les destino 955 mil pesos para repartirse entre 25 candidatos.
Para los candidatos a la presidencia municipal se les asignó una ridícula cantidad de 16 mil 620 pesos. En contraste, el propio IETAM estableció que el tope de gastos de campaña sea de 12 millones 140 mil 139 pesos.
Los 16 mil pesos asignados son una broma, casi casi como una mentada de madre. Mejor no les hubieran dado nada.
Resulta absurdo que el IETAM estime que la campaña electoral en Nuevo Laredo pueda costar 12 millones – en realidad los partidos fuertes gastan entre 80 y 100 millones de pesos, pero el IETAM jamás se molestará en auditarlos—y en cambio le asigne un apoyo de 16 mil pesos a un independiente.
No decimos que a los independientes se les asigne lo mismo que a los partidos, pero si debe haber un piso más parejo para los candidatos, con cantidades más razonables.
Como parte de las trabas a los independientes, el IETAM los obligó a que todos los trámites los realicen directamente ante el Consejo General en Victoria, lo que en el caso de los que viven en Nuevo Laredo implica viajar 600 kilómetros de ida y otros 600 de regreso, hay que gastar en comidas, hotel y otros imprevistos. Lo correcto es que los trámites se pudiesen realizar en cada uno de los municipios y distritos en los que se registraron los candidatos, privilegio que sí se les autorizó a los partidos políticos.
Si varios de los independientes ganan en sus municipios, será la confirmación del hartazgo hacía los partidos, pero de no ser así, si ninguno gana y ni siquiera se acercan al ganador, se interpretará como un hartazgo ciudadano hacía los políticos en general.
Porque es cierto que hay hartazgo con los partidos y por eso no tenemos elecciones con una participación del 85, del 95 por ciento, ¿Pero y si tampoco generan confianza los independientes? El tiempo traerá la respuesta.