15 de marzo, 2016
A un año y medio de que el gobierno federal cerró el Banco Bicentenario, accionistas y ahorradores siguen espera de que se les reintegre su dinero. El banco, surgió en abril del 2013, a propuesta de un grupo mayoritario de accionistas que tienen su residencia en Nuevo Laredo, aunque también se sumaron de otros puntos del país.
Surgió como una buena propuesta para facilitar créditos y al mismo tiempo captar ahorradores ofreciéndoles tasas de interés por encima de las que ofrecen otros bancos,
Poco les duro el gusto, pues después de cumplir su primer año de funcionamiento, fue cerrado por el Instituto de Protección al Ahorro Bancario, al detectar irregularidades.
Aquí en Nuevo Laredo se había abierto una sucursal a fines de junio de 2014 y al siguiente mes se cerró.
El agente aduanal y accionista del Banco, José Guadalupe Bautista, destacó que el proyecto surgió en Nuevo Laredo ya que los agentes aduanales manejan cientos de millones de pesos al día, producto de impuestos y ganancias.
Cientos de millones de pesos puestos en ahorros generan ganancias fabulosas en cuestión de horas o días, al menos eso se pensaba cuando surgió el proyecto del Banco Bicentenario, pero el tiempo demostró que no fue así.
Y se seguimos esperando que nos liquiden, explicó.
De 680 millones de pesos que se tenía en cartera, a lo sumo se recuperarán entre 270 a 280 millones de pesos, que se entregarán a ahorradores y accionistas; el resto, más de 400 millones de pesos, se perdieron, explicó.
Comentó que se subastaron recientemente 41 bienes, entre terrenos, casas, un pequeño hotel en Huatulco, un edificio de oficinas en el Distrito Federal, un terreno ejidal en Nuevo Laredo., que han sido valorados en 51.5 millones de pesos, en el proceso de liquidación, pero el propio banco los valoró en 191 millones de pesos, al momento de tomarlos como garantía.
De la cartera vencida, 376 millones de pesos, el IPAB se la vendió a un despacho especializado en 8 centavos por peso.
Bautista, uno de los afectados por el cierre, explicó que antes de crearse el Banco Bicentenario, funcionó una Unión de Crédito desde 1993.
Ya como banco, ofrecía a los ahorradores tasas del 6 por ciento y a los que contrataban créditos les cobrara el 12 por ciento, lo que era muy atractivo, pues el resto de los bancos ofrecen tasas de ahorro de menos del 3 por ciento y prestan con 30 por ciento o más.
Al trabajar con la base de 6 por ciento por ahorro y 12 por préstamos, el margen de utilidad era muy poco,
Destaca que además, en el curso de la investigación por parte de las autoridades bancarias se han detectado irregularidades.
De una cartera vencida por 376.6 millones de pesos, el 90.8 por ciento pertenecía a 11 acreditados.
En el tiempo que opero el banco se otorgaron 24 créditos por 31. 3 millones de pesos.
Muchos de estos deudores no realizaban sus pagos en los tiempos previstos, pero conseguían renegociar sus deudas, sin ofrecer garantías.
Bautista, destacó que al momento del cierre, el Banco tenía alrededor de 600 ahorradores y accionistas.
De 298 ahorradores, a la mayoría ya se les reintegró su dinero, con un máximo de dos millones de pesos. En conjunto se les pago 163 millones de pesos, porque los ahorros cuentan con un seguro por parte del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, IPAB.
A los que tenían más de dos millones de pesos, se les va a pagar lo que se les debe, pero en la medida en que se recuperen recursos.
Hay 264 accionistas que tenían 510 millones de pesos, pero en el caso de estos no tienen un seguro, sino que se les va a reintegrar parte de su dinero, una vez que se liquiden los bienes y se recupere parte de lo que deben los deudores.