8 de marzo, 2016
La participación política de la mujer se ha ampliado y mejorado en la última década, sobre todo en el Partido Revolucionario Institucional, en menor grado en el PAN y en el resto su rastro se pierde.
En 1974, el PRI postuló a la profesora Emilia Zarate de Rodarte como candidata a diputada local. Fue la primera mujer en Nuevo Laredo en ser candidata a un puesto de elección popular, con tan mala suerte que fue derrotada en las urnas.
Después de ella, pasaron 21 años para que el PRI le volviese a dar oportunidad de ser candidata, a otra mujer. El turno le tocó a Marisela López Ramos, que en 1991 fue propuesta por la CTM, compitió para una diputación local y ganó.
En 1995, por primera vez el PRI presentó como candidata a presidente municipal a Mónica García Velázquez, entonces de 26 años. Mónica ganó, empezó a gobernar en enero de 1996, pero en abril de 1997 solicitó licencia para separarse de la alcaldía y poder competir para la diputación federal, siendo la primer mujer en competir y ganar esa posición.
Después de ella otras féminas compitieron por la misma posición, Marisela López Ramos en el 2000; Cristabell Zamora Cabrera en el 2009; y Verónica Flores en el 2012. No a todas les ha favorecido la suerte.
En el 2003, Magaly Villanueva Cordera se convirtió en la primer mujer en ser designada presidenta del Comité Municipal del PRI.
Imelda Mangín Torre fue diputada local en el trienio 2008-2010 y Rosa María Alvarado Monroy lo fue de 2010 a 2013.
Desde la elección del 2001, el PRI decidió que en la planilla de regidores la mitad de las posiciones fueran para mujeres. Esta regla del PRI con el paso de los años se convertiría en ley.
Si en el PRI los espacios políticos para la mujer se les han estado cediendo de manera paulatina, en el PAN ha sido mucho más lento aún.
En los ochentas, Evangelina Hernández fue diputada suplente, por la vía plurinominal; Estela Volkmer compitió por una diputación local en la década de los noventas.
Ileana Medina fue candidata a diputada local en el 2007, a diputada federal en el 2009 y a nuevamente a diputada local en el 2010. En el 2010 lo fue por las dos vías, de mayoría y plurinominal, estando en el lugar número 8.
En el 2013, el PAN postuló a Laura Zarate Quesada como candidata a diputada local y gano. Dos años después la lanzó como candidata a diputada federal y la suerte no le sonrió.
A partir del 2002, la legislación electoral estableció que en las candidaturas se debía observar el principio de un 30-70 por ciento en el género; en el 2008 se amplió a un 40-60 y fue hasta el 2014 que se reformó la Constitución General de la República que estableció el principio de la equidad de género en todas las candidaturas de elección y la reforma la aplicaron todos los Estados. Con ello los partidos tuvieron que abrir espacios a la mujer. Tener mujeres como candidatos, ya no es una gracia, es una obligación de los partidos.
Mucho ha avanzado la mujer para que los partidos les ofrezcan espacios de participación. Falta una mayor apertura, por supuesto, y esta se tendrá que dar en los próximos años. Así lo prevé la ley, así lo exigen los nuevos tiempos.