11 de septiembre, 2015
De 680 millones de pesos que tenía en cartera el desaparecido Banco Bicentenario, a lo sumo se recuperarán entre 270 a 280 millones de pesos, que se entregarán a ahorradores y accionistas; el resto, más de 400 millones de pesos, se perdieron.
La idea de crear este banco, surgió en Nuevo Laredo, por parte principalmente de agentes aduanales y trasportistas, aunque con el tiempo se sumaron ahorradores de otras partes del país.
La vox populi cita nombres de conocidos personajes de Nuevo Laredo que habrían perdido hasta 110 millones de pesos por el cierre del banco y luchan en los tribunales por recuperar parte de sus recursos.
El agente aduanal José Guadalupe Bautista Montoya, destaca que en esta semana se acaban de poner en subasta 41 bienes, entre terrenos, casas, un pequeño hotel en Huatulco, un edificio de oficinas en el Distrito Federal, un terreno ejidal en Nuevo Laredo, fueron dejados como garantía por los deudores.
Estos 41 bienes han sido valorados en 51.5 millones de pesos, en el proceso de liquidación, pero el propio banco los valoró en 191 millones de pesos, al momento de tomarlos como garantía.
“No sabemos si el Banco – que dirigía Ignacio Landa y tenía sucursales em el D.F., en Veracruz y Nuevo Laredo— sobrevaloró los bienes o si la empresa que los va a rematar, les puso un precio bajo”, precisó.
De la cartera vencida, 376 millones de pesos, el IPAB se la vendió a un despacho especializado en 8 centavos por peso.
El Banco Bicentenario se creó en abril de 2013 y fue cerrado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en julio de 2014, días después de acababa de abrir una sucursal en Nuevo Laredo, en Guerrero y Chihuahua, pues hasta entonces solo operaba en la aduana.
Bautista, uno de los afectados por el cierre, explicó que antes de crearse el Banco Bicentenario, funcionó una Unión de Crédito desde 1993.
Ya como banco, ofrecía a los ahorradores tasas del 6 por ciento y a los que contrataban créditos les cobrara el 12 por ciento, lo que era muy atractivo, pues el resto de los bancos ofrecen tasas de ahorro de menos del 3 por ciento y prestan con 30 por ciento o más.
Al trabajar con la base de 6 por ciento por ahorro y 12 por préstamos, el margen de utilidad era muy poco,
Destaca que además, en el curso de la investigación por parte de las autoridades bancarias se han detectado irregularidades.
De una cartera vencida por 376.6 millones de pesos, el 90.8 por ciento pertenecía a 11 acreditados.
En el tiempo que opero el banco se otorgaron 24 créditos por 31. 3 millones de pesos.
Muchos de estos deudores no realizaban sus pagos en los tiempos previstos, pero conseguían renegociar sus deudas, sin ofrecer garantías.
Bautista, destacó que al momento del cierre, el Banco tenía alrededor de 600 ahorradores y accionistas.
De 298 ahorradores, a la mayoría ya se les reintegró su dinero, con un máximo de dos millones de pesos. En conjunto se les pago 163 millones de pesos, porque los ahorros cuentan con un seguro por parte del Instituto de Protección al Ahorro Bancario, IPAB.
A los que tenían más de dos millones de pesos, se les va a pagar lo que se les debe, pero en la medida en que se recuperen recursos.
Hay 264 accionistas que tenían 510 millones de pesos, pero en el caso de estos no tienen un seguro, sino que se les va a reintegrar parte de su dinero, una vez que se liquiden los bienes y se recupere parte de lo que deben los deudores.
Al final se van a recuperar entre 270 a 280 millones de pesos, estima Bautista. El resto ya se perdió.
El entrevistado dijo que perdieron su dinero pensionados, amas de casa, profesionistas.
“El proyecto del Banco sonaba fabuloso, no fue así”, agrega y explica que el proyecto surgió y se fortaleció en Nuevo Laredo, como resultado de que los agentes aduanales manejan miles de millones de pesos que pagan en los bancos.
“Son cantidades enormes. Cientos y miles de millones de pesos, que en dos o tres días de estar depositados en los bancos, generan ganancias fabulosas. Por eso creíamos que sería buen negocio, no fue así”, comenta.