29 de enero, 2015
Aún faltan más de dos meses para el inicio formal de las campañas y el precandidato del PRI por el Distrito de Victoria, Miguel Angel González Salum, ya sufrió el primer golpe sucio, al serle hackeada su cuenta de Twitter.
A las 8.08 el hacker escribió en la cuenta de González Salum: “Oye gordis no me contestate, anda espero tu respuesta, o también eres cínica y cobarde como el Arabe”.
El lenguaje usado por el ex secretario de Finanzas del Estado tomó por sorpresa a quienes lo conocen y más tarde él mismo tuiteó: “A todos los seguidores, quiero hacer una aclaración: Esta mañana fue hackeada mi cuenta personal de Twitter, el mal contenido fue borrado”.
No hay campaña que pueda catalogarse de 100 por ciento impoluta. Todas, en menor o mayor medida, tienen su toque de suciedad.
Hace décadas, de esta suciedad electoral se contaba como chascarrillo que cierto personaje se lanzo como candidato. En la campaña le dijeron que era bandido, deshonesto, mentiroso, borracho y toda clase de lindezas y el candidato aguanto callado. No fue sino cuando le dijeron que era su mamá era tal por cual, que decidió declinar y explicó: “Es que yo quería saber quién era mi mamá”
En las dos últimas elecciones, la del 2012 y 2013, a través de las redes sociales, las campañas se han ubicado al nivel de una lucha en lodo, aprovechando la relativa facilidad con que se puede denostar y al mismo tiempo protegerse en el anonimato.
Con el antecedente de las dos últimas elecciones, el hackeó de que fue víctima González Salum, es pecata minuta. Lo peor lo vamos a ver en las siguientes semanas, particularmente cuando arranquen las campañas y desafortunadamente las redes sociales serán el conducto de esta suciedad.
Las de este año serán unas campañas extremadamente sucias, en las que de los candidatos se dirán una que otra verdad, pero muchísimas mentiras.
En otro tema, el precandidato del PAN a la diputación federal, Rafael Pedraza Domínguez, dice que él es hombre de momentos, que buscó presidencia de la Asociación de Agentes Aduanales porque era su momento y la ganó; luego vio que era su momento para ser presidente de la CAAAREM, la buscó y ganó; se lanzó por la presidencia del Comité Municipal del PAN porque vio que era su momento y la ganó: y está convencido de que este es su momento para ser diputado federal y por eso busca la candidatura.
Por cierto, que Rafael Pedraza mandó instalar un espectacular en la esquina de Guerrero y Nuevo León, donde se promueve como pre-candidato a la diputación federal. Es el único de los aspirantes del PAN que nada haciendo ruido, de Laura Zarate y de Enrique Rivas no se ha escuchado nada en los últimas dos semanas, salvo el penoso incidente de la broma de mal gusto que Rivas le jugo a un reportero al obsequiarle un pollo para la cena de navidad.