30 de diciembre, 2014
Atrapado por la política paternalista del viejo PRI, que regalaba tortas y refrescos a cambio de votos, Carlos Cantú Rosas solía sugerirle a los colonos económicamente más fregados, que aceptarán todo lo que les dieran, pero que a la hora de votar lo hicieran con libertad.
Hoy ese discurso lo ha retomado Morena, quien se dice acorralado por el paternalismo del PRI y del PAN, que regalan despensas en las colonias a cambio de apoyos.
El abogado Oscar Alarcón Cantú, militante de Morena, dice que para la izquierda hacer proselitismo en las colonias es complicado, pues los colonos tienen miedo de que si se acercan a otros partidos, pierdan la despensa que actualmente reciben o del PAN o del PRI. Así, aunque en el fondo desprecian a esos partidos, no les queda más que hacer de tripas corazón y hacerles creer que están con ellos, para no correr el riesgo de que se les cancelen sus despensas.
Todo esto podría acabarse si el paternalismo dejase de ser una facultad discrecional de los colores partidistas que gobiernan.
Ahí está de ejemplo lo que ocurre en Estados Unidos, donde mensualmente millones de familias reciben 500 o 600 dólares que canjean por comida en los supermercados líderes; también recibe atención hospitalaria, consulta médica y medicamentos, y muchos otros apoyos sociales, pero todo es por ley. El cambio de gobierno no afecta estos programas. No importa que gobiernen demócratas o republicanos. Los apoyos fluyen de manera constante. ¿Algún día, México llegará al mismo nivel que en Estados Unidos, en matera de apoyos sociales? Ojala y mientras tanto, quienes reciben despensas de gobiernos prisitas y panistas, sigan aceptándolas, pero cuando haya elecciones, voten con entera libertad.
En otro tema, en Estados Unidos la ley de la oferta y la demanda sí favorece al consumidor. Hace un año y medio, el costo del galón de gasolina araño los cuatro dólares y hoy se encuentra en 2.17, o lo que es lo mismo, a 7.81 pesos el litro.
En cambio, en México la ley de la oferta y la demanda solo favorece al gobierno y por eso ahora que se han desplomado los precios del petróleo, el litro de la gasolina magna rebasa los 13 pesos en la mayor parte del país, en tanto que en la frontera cuesta 9.03 pesos, dizque para ser competitivos con el mercado estadounidense, pero aún así el precio anda un peso y 18 centavos arriba del que se ofrece en Laredo, Texas y eso que el dólar anda en 14.40.
Con todo y lo abusivo del precio de la gasolina que vende Pemex, el gobierno quiere que nos contentemos con el anuncio de que a partir del 2015 ya no habrá aumentos mensuales, pero eso sí, en el arranque del año, habrá un incremento similar al índice inflacionario registrado en el 2014, que será de alrededor del 4 por ciento.
Si la ley de la oferta y la demanda funcionara, el precio de la gasolina bajaría no solo en la frontera, sino en todo el país y una reducción traería cono resultado una deflación y el fortalecimiento de la economía.