26 de diciembre, 2014
Seis horas antes de que venciera el plazo para el registro de aspirantes independientes a la diputación federal, en Tamaulipas solo se habían inscrito tres, dos en el Distrito de Reynosa y uno por el de Matamoros.
Aquí en Nuevo Laredo, ni Francisco Javier Estebane ni Agustín Treviño Balzado, se animaron a registrarse, porque les parecieron excesivos los requisitos que exige la ley.
La verdad es que ninguno de los dos tiene respaldo popular ni el principal requisito que debe cubrir todo político: tener dinero de sobra.
La política no se hizo para los pobres. No al menos para ser candidatos o dirigentes, para participar con otras actividades menores, sí.
Y de los tres aspirantes anotados por Reynosa y Matamoros, todavía falta que el Instituto Nacional Electoral revise la documentación presentada y determine si es válida o no. De ser válida, entrarán a una segunda fase, en la que tendrán que reunir el apoyo del dos por ciento de los ciudadanos que aparecen en la lista nominal del distrito por el que pretenden competir. Es decir, de los tres aspirantes anotados todavía no alcanzan la categoría de candidatos, pues esta se determinará hasta el 5 de abril.
Esto de los independientes suena a un proyecto fallido. Es una mera simulación por parte de los partidos políticos, que son los que redactaron y aprobaron la ley, para simular avances en la democracia mexicana, pero todo es una simulación.
Los requisitos que se piden a los independientes son complicados, pero no es cierto que sea más fácil formar un partido que ser independiente, pues a los partidos se les pide realizar 200 asambleas distritales con un mínimo de 300 militantes o bien, tener tres mil militantes en 20 Estados, pero después tienen que ir a una elección en la que deben obtener el tres por ciento de la votación emitida para conservar el registro.
Los requisitos para independientes y partidos son diferentes y si un independiente está convencido de que es más fácil formar un partido, está en libertad de hacerlo.
En otro tema, la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenando que se siga adelante con la elección del próximo dirigente estatal del PAN, para el 11 de enero, vino a fortalecer la confianza entre quienes aquí en Nuevo Laredo apoyan la candidatura de César Augusto Verastegui Ostos, que no suspendió su campaña de proselitismo, cuando el Tribunal Electoral ordenó, el 10 de diciembre, suspender la elección.
En cambio, los simpatizantes de Agustín Chapa no solo suspendieron la campaña, sino que el propio Agustín regreso a trabajar al DIF, lo que de acuerdo a los conocedores de los estatutos del PAN lo imposibilitan para regresar al proceso interno.
Encima, a Agustín terminó por afectarlo la mala imagen de la alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar, a raíz de la detención de su Secretario de Desarrollo Social.