12 de diciembre, 2013
Ya hay Reforma Energética, como antes hubo la laboral, la educativa, la de comunicaciones, la fiscal y la político electoral.
Y como en todas las anteriores reformas, el gobierno federal promete que ayudarán a transformar al país, para encaminarlo hacia el Primer Mundo, promesa que venimos escuchando desde hace varias décadas, desde los tiempos de un José López Portillo que nos dijo que con tanto petróleo teníamos que acostumbrarnos a administrar la riqueza y al final la riqueza nada más les quedó a su familia.
Con la Reforma Energética, de entrada nos quieren convencer que llegará tanto dinero del exterior que se van a generar más y mejores empleos, pero esto nos lo han dicho tantas veces, que ya no les creemos.
Pero además, quienes vivimos en la frontera norte y tenemos familiares, amigos o conocidos que trabajan en los pozos de petróleo y aceite en el sur d Texas, sabemos la riqueza real que genera esa industria privatizada, que derrama sus recursos entre las empresas explotadoras de los yacimientos, entre el gobierno, por la vía de impuestos, y entre miles de familias que trabajan ahí y que hoy reciben sueldos que van desde los 900 dólares semanales, para los empleados más modestos, hasta 4 0 6 mil dólares semanales, por trabajos más especializados.
Además, la explotación de esos yacimientos se refleja en un abaratamiento de los costos de los energéticos. Hasta hace algunos meses en Laredo el galón de gasolina estaba hasta en cuatro dólares, hoy ronda entre los 3.10 a 3.17, en promedio, pero hay quienes prefieren viajar al sur de la ciudad donde se puede conseguir en 2.75. En México difícilmente veremos alguna vez, una reducción de precios similares, por más que hoy nos atosiguen de anuncios y nos digan que va a bajar el precio de la electricidad y de la gasolina.
Cuando hace más de 50 años se invento el impuesto a la tenencia de vehículos, el gobierno de Adolfo López Mateos dijo que sería un impuesto temporal, para que el país pudiera conseguir dinero y poder financiar la construcción de estadios y la infraestructura deportiva para realizar las olimpiadas en 1968, pero estas se realizaron, pasaron ya 45 años y se sigue cobrando la tenencia en la mayor parte del país, pues son contados los Estados que la eliminaron.
¿Tendremos que esperar 45 años y aún así seguirán estando altos los precios de los energéticos?
Lo más probable es que tengamos que seguir pagando precios caros por los energéticos durante muchísimos años, ahora que si sucediese lo contrario, sería fabuloso. Cuando nos equivocamos y es para bien, pues que bueno.
La Reforma Energética, como todas las anteriores, han provocado demasiada controversia y el país, así como el mundo, está pendiente de que con el paso de los meses y de los años, estas reformas verdaderamente contribuyan a transformar este país y a reducir la brecha entre pobres y ricos, pero no que estos últimos sean más ricos, sino que los primeros dejen de ser pobres.