25 de octubre, 2013
Nadie los mencionó por su nombre, pero ni falta hizo. Todos los presentes, más de un centenar, tenían la certeza de que las denuncias tenían como destinatarios, en primero termino, a Benjamín Galván Gómez y en segundo, a Luis Martínez Llano, ex director de Obras Públicas.
Ante el cabildo, el Secretario de Obras Públicas, Carlos de Anda Hernández -- uno de los pocos personajes que en campaña anterior le dijo adiós a su militancia en el PRI, para apoyar a su amigo, Carlos Canturosas Villarreal-- denunció una serie de irregularidades cometidas durante el mandato de Benjamín Galván.
Entre estas denuncias, esta que hubo un sobregiro en la construcción del Polyformum que de 50 millones 750 mil pesos se disparo a 50 millones 710 mil pesos; que la empresa que construye el acceso al bulevar Colosio, a la altura de la calle Nezahualcoyotl, tomó tierra simple del banco de materiales del Municipio, con valor de dos millones 100 mil pesos y ahora reclama el pago; que la escuela de Música se presupuesto en 9 millones 846 mil pesos y el costo final se elevo a 16 millones 636 mil pesos; que en dos torres para tirolesas se presupuesto un millón 235 mil pesos y el gasto final fue de 4 millones 249 mil pesos.
Además dijo que de 88 obras transferidas en 34 se gastó más de lo presupuestado y se dejaron pasivos de más de 75 millones de pesos, la mitad de los cuales no aparecen en las cuentas bancarias.
Después de eso, tomaron la palabra regidores como Arnulfo Tejada Lara, Hugo Galindo Leal, Heriberto Cantú Deándar, María Echartea, Luis Cavazos, el síndico Antonio Martínez Santoyo, para pedir que el gobierno actual no sea ni tapadera ni cómplice de nadie. El mismo alcalde Carlos Canturosas, dijo que se agotarán las investigaciones y si hay elementos se denunciaran ante las autoridades competentes para que ellas resuelvan.
Lo dicho por Carlos Germán de Anda son las primeras denuncias amparadas con documentos, que presenta el gobierno del PAN sobre presuntas irregularidades en la administración de Benjamín Galván, que se distinguió por su opacidad y por ser un gobierno de ocurrencias.
El gobierno de Benjamín no tiene parangón con ninguno del pasado. En los dos años y nueve meses que estuvo al frente, se dedicó a repartir chocolates, a tomarse casi medio millón de fotografías, a adjudicarse obras federales y estatales. En este tiempo la ciudad se estancó, no se promovió la industria maquiladora, ni el comercio, ni el turismo, ni nada. Pero además, nunca se manejo con transparencia, porque siempre creyó que la ciudad, con todo y el dinero del presupuesto público, era suyo y por eso no tenía porque dar cuentas a nadie.
Con Benjamín se cumple aquel viejo adagio que dice que los carniceros de hoy serán las reses del mañana, con la diferencia de que hoy pocos priistas se animan a defenderlo, pues le pasan la factura de los malos tratos que él les dio. Sí, y es que durante su mandato Benjamín gobernó con el hígado y se dejó envolver por aduladores que le hablaron con dulzura al oído. Benjamín maltrató a mucha gente durante su gobierno y se dedicó a dar rienda suelta a sus rencores personales.
Es difícil imaginar lo que el futuro le depara a Benjamín Galván, en un país donde la impunidad se pasea a lo largo y ancho del país. Igual y termina como funcionario federal. O se va a trabajar con Malik Obama.